Encuentros imperiales

154 7 6
                                    

El sol pegaba fuerte sobre el centro habitado de Tatooine. Will salía de la cantina, ajustándose una bota casi a la pata coja, mientras se ceñía la chaquetilla. Su bronceado encajaba perfectamente con el clima Tatooiniano, si es que esa palabra existía.

Se dirigía con paso firme a la plataforma 94, donde Chew ya debería estar, dándole a la nave los últimos retoques. De repente, una nave cercana captó su atención. Se detuvo frenando en seco, y avanzó con cautela, mezclándose entre las pocas personas que recorrían esa zona. No funcionó.

- William Solo... volvemos a vernos - Decía el monstruo al que tanto dinero le debía ya.

- Ya tengo tu dinero Jabba - Repuso Will, haciendo rodar los ojos, y sin dignarse a girar la cabeza para mirarlo. Todavía recordaba el humo saliendo del cuerpo del esbirro que habían mandado a matarle. Eso le hizo sonreír - Por lo visto... mi cabeza tiene un precio alto.

- Puedes decirlo bien alto Solo... y más alto que será si mientes. No tienes más plazos "capitán". O me pagas cuando termines ese... trabajito tuyo, o yo mismo te mataré.

Will se limitó a sonreír. Lo ignoró, y siguió su camino, pero cuando ya casi llegaba a la plataforma, gritó un último "dalo por hecho", y se perdió en la explanada.


Sus pasajeros lo esperaban al otro lado de la gran nave. A decir verdad, era inmensa. Y preciosa. Aunque Nico simplemente no podía creer que fuera tan rápida como a su capitán le gustaba presumir. Will llegó hasta ellos en un par de zancadas.

- ¡Chew! - Gritó a su compañero de viaje sin prestar atención a sus pasajeros.

El monstruo gruñó.

- ¿¡Todo listo!? - Preguntó Will, a voces.

Algo explotó en el motor, y se oyó un chisporroteo, un ruido de hélice, y una pieza de metal cayendo.

- Listo - Dijo Will a Nico y Obi-Ann, aunque más parecía que fuera para si mismo.

Ambos abrieron los ojos, miraron con precaución a donde se suponía que estaba Chewbacca. Esos ruidos decían lo contrario, sin embargo...

- ¿Subís o no? ¡Venga! ¡Vamos! - Y por lo bajo susurró - Acabemos cuanto antes.

Will entró en la nave, seguido de sus dos pasajeros, que miraban el interior con asombro. En especial Nico. Esperaba una nave desordenada y cayéndose a piezas, por mucho que el exterior pareciera cuidado. ¿Una farsa quizás? Pero no. La nave era igual de bonita por dentro, como lo era por fuera, y aparte de alguna avería, una pieza de motor por aquí o por allá, estaba bastante ordenada y limpia. Casi pulcra.

- Sentaos donde queráis - Dijo Will, mientras le daba un bocado a una manzana roja. - Bueno, o no os sentéis. Pero es despegue suele ser más movido que el viaje de después.

- No es mi primera vez en una nave - Le espetó Nico.

Will lo miró por encima del hombro, con una pizca de desdén, y encogió los hombros.

- Guau. Parece que el niño sacó su lado salvaje.

Y si Obi-Ann no lo hubiera sujetado, quizás el joven Skywalker se hubiera abalanzado sobre el capitán, con la espada láser en sus manos.

El despegue llegó enseguida.

En cuanto Chewbacca se hubo sentado como copiloto, Will cogió el "volante", y empezó de nuevo con lo que mejor se le daba.

No, traficar no.

Pilotar.

El despegue sacudió un poco la nave, pero muy ligeramente. Nico tuvo que admitir que eso era un punto a favor de Solo. Era realmente bueno. Ser capaz de hacer despegar una nave tan grande, con tanta maestría... era muy complicado.

Star Wars - Parodia de Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora