Uno de los dos varones comenzó a besarme, el otro abandonó la cama. Pude oír el débil sonido de algo que fue cogido de la mesa de las perversiones. Me retorcí de dolor al sentir el dolor sobre uno de mis pechos.
-Tolera el dolor y todo abra acabado.
-No puedo hacerlo mi señor.
-Si no lo toleras, esta será tu última sesión, puedes quedarte con el collar de recuerdo. Además ¿Quién te ha dado permiso para hablar?
Amordazaron mi boca mientras forcejeaba inútilmente contra ellos pues los instrumentos de cuero que me retenían contra la cama me lo impidieron.
Uno de los dos jugó con las pinzas, levantándolas, apretándolas, haciéndolas tirar de mi pequeño y corto pezón. Con cada movimiento que me proporcionaba los dientes de la pinza se apretaban más…
-Mira como se calienta la zorra, con qué rapidez y facilidad. Era la voz de David.
Movió los dedos y jugó con mi clítoris. Era odioso que me masturbase otro hombre que no fuese mi Amo y ante mi Amo.
-Quitadme las pinzas por favor, no puedo tolerarlas por mucho más tiempo. Supliqué a los Dominantes que me acompañaban.
Daniel golpeó con sus manos cada una de las pinzas metálicas que apretaban mi pezón haciendo que estas saltasen, esto me provoco un dolor insoportable. La mordaza ocultó mi palabra malsonante dirigida a su persona.
Intente relajarme mientras mis pezones y espalda me dolían. No sabía que podía esperar de estos dos dominantes que me acompañaban en la sala.
A continuación escuche un pequeño chasquido y un calor abrasador inundo mi pecho, recorriendo todo mi esternón y desembocando en mi sexo. Paso enseguida.
Daniel y Rafael continuaron echando gotitas de cera sobre mi anatomía desnuda mientras yo solo podía retorcerme de placer. Dibujaron las más sucias palabras sobre mi torso. Yo no merecía calificativos tan soeces.
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Todo por ti
Romance¿Sobrepasarías tus propios límites por su placer? ¿Hasta donde llegarías por satisfacer sexualmente a la persona que más amas? Todo por ti