Era un día como otro cualquiera en el instituto , yo me ubicaba sentada al lado de mi fiel y adorable compañera Señofrita Raquel alias Internet que solía dedicarse a recorrer los verdes prados y las aguas cristalinas del océano, que en esos momentos era lo k más deseaba debido al insoportable calor de la indecisa primera.
La profesora entró en la clase creando un silencio profundo y frío que me solía irritar bastante. Raquel se agachó para sacar los libros de su mochila mientras que yo los sacaba de la rejilla de mi mesa. No me llevaba los libros a casa no porque hacia la tarea en clase, sino porque no me gustaba la idea de cargar mi espalda con inútiles "piedras de papel".
Antes de terminar de organizarse Raquel se dirigió a mi con unas palabras que aún sigo sin comprender:
-Leonardo Gallí- dijo
Yo la mire bastante extrañada y le pregunté quien era y ella me respondió con otras palabras aún más extrañas:
-el que tocó el aguinaldo a escondidas-
Yo me quedé en blanco. En primer lugar llegue a la conclusión que estaba volviendo loca pero luego razone y pensé... ¿y si fuera verdad?
De repente una imagen apareció en mi mente. Un hombre de estatura media, pelo largo y rizado con una vestimenta semejante a la medieval, caminaba , dando pasos con un estilo muy peculiar, sujetando un libro con aspecto de ser bastante largo. Lentamente el hombre llegó a un árbol que creaba una gran y amplia sombra. Entonces Leonardo se acercó lentamente y acarició ese árbol como si de su hijo se tratase con una mirada aparentemente perturbadora O_________O
FIN :D
