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Era ya medio día cuando una chica de 19 años llegó entusiasmada a Ciudad Petalia.

Era morena, de grandes ojos azules. Tenía la piel clara, era alta y delgada. Vestía ropa cómoda y veraniega. Su nombre era Aura, y era la antigua campeona de Hoenn. Había estado viajando mucho tiempo por otras regiones; su último viaje más conocido, por lo que informaba la prensa, había sido por la región de Sinnoh, donde se había codeado con los entrenadores más famosos y disputado grandes combates. Pero después de haber alcanzado sus objetivos ya era hora de volver a casa y de disfrutar de un tiempo de descanso- al menos esa era su intención.

Se dirigió con ánimo hacía el Gimnasio Pokémon de la ciudad. Algunas personas le reconocían y le saludaban. Ella les sonreía y devolvía el saludo, acostumbrada ya a ello. No sólo había sido una de las mejores entrenadoras de la región, también era hija del conocido líder de gimnasio de aquella ciudad, Norman, que lideraba a sus Pokémon de tipo normal.

En efecto; Aura pensaba primero en visitar a su padre y luego a su madre, que estaría en la casa de Villa Raíz. No deseaba tardar mucho, pues también quería visitar al resto de amigos y conocidos que llevaba tiempo sin ver.

Pero su padre era un hombre apasionado por los combates de gimnasio, o cualquier tema referente al mundo de los Pokémon. Aura tuvo que contarle todo, absolutamente TODO su viaje por la región de Sinnoh; los Pokémon que había capturado, los combates y medallas que había ganado... Se sintió abochornada con tanta pregunta. 

Salió del gimnasio aliviada por tener al fin un poco de tranquilidad. Pero al mirar su pokénav, se sorprendió de ver la hora que era. Había estado dos horas hablando con su padre. Comenzó a agobiarse; debía irse ya si quería deseaba ver a su madre y almolzar con ella.

Sacó una pokéball y de ella salió un Altaria, que cantó felizmente por ver a su entrenadora. Aura se subió en el Pokémon y este extendió las alas con finura. 

El Altaria de Aura era uno de sus Pokémon más conocidos. Cuándo participó en la Liga Pokémon, Aura decidió probar suerte en un concurso Pokémon, y así fue cómo comenzó toda la fama alrededor de su querido pokémon. La finura de su canto y su voz cristalina dejaba embobado al público, y además, era un Pokémon muy fuerte. Es por ello que el público de Hoenn le tenía tanto cariño a su Altaria.

—Altaria, volemos a Villa Raíz, ya es hora de comer. Seguro que mamá nos tiene preparado algo delicioso.

El pokémon le picoteó cariñosamente la mano, y justo cuándo Altaria comenzó a ascender, le llamaron al pokénav. ¿Quién sería en esos momentos? Dudó un poco- deseando no entretenerse más-, pero decidió responder a la llamada.

—¿Si?

—Aura, soy yo; Máximo.

Aquella voz hizo que sonriera involuntariamente.

Máximo Peñas, o también conocido como el Campeón de la Liga de Hoenn, era un joven de 23 años. Era más pálido que Aura, tenía el pelo de color gris platino- color que le fascinaba a Aura- y profundos ojos del mismo color. Era un buen amigo de la entrenadora. Aura le debía mucho, pues Máximo le había ayudado en múltiples ocasiones en donde ella había perdido completamente la esperanza; momentos cruciales y duros para la joven entrenadora en los que Máximo caía como un rayo de esperanza.

—Llamas justamente cuando acabo de volver a Hoenn.

—Ya, me lo ha dicho tu madre.

Aquello le confundió. Altaria comenzó a cantar extrañamente. ¿Qué hacía Máximo hablando con su madre?

Uniendo hilos. HoennchampionshippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora