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Recordaba como su boca se llenaba de agua. Cómo por mucho que quisiera andar, aquella lluvia le impedía seguir avanzando, arrastrándole y cegándole. Como pudo, se dirigió hacía la Cueva Ancestral, intentando no chocarse con las casas que se encontraban cerradas, pero fue cuándo alguien le abrazó y le acogió junto a su cuerpo cuándo supo que había avanzado bien.

- ¡Máximo!- se sorprendió al verle.

- ¡Aura! ¡Por fin has llegado! ¡Te estabamos esperando!

Un chico bastante estrafalario, de la edad de Máximo, observó a Aura de arriba a abajo.

- ¿Seguro que ella podrá ...?

- Claro que sí, yo confío en ella ¿a que sí, Aura?

"Yo confío en ella"

Despertó sudorosa por el recuerdo. La tierra temblaba, junto con su cama y el resto de la guarida. Aquello sólo significaba que Groudon y Kyogre habían despertado.

- Vamos chicos.

Sus Pokémon y ella se pusieron en marcha. Aura se vistió y cogió su riñonera. Los miró a cada uno y asintió.

- Sé que sois capaces de todo, pero no puedo evitar preocuparme por vosotros. Hoy, más que nunca, debemos ser fuertes.

Todos gruñeron en respuesta. Aura, sintiéndose satisfecha, los devolvió a sus Pokéball y se dirigió a Altaria con decisión.

- Sé que estas cargando demasiado conmigo, pero hoy ,especialmente, te necesito. 

Altaria le picó con cariño la mejilla y emitió una suave melodia. Salamence solía llevarle siempre porque era más grande que Altaria y soportaba mejor el peso, pero dadas las circunstancias no podía hacer otra cosa. 

Aura y su Pokémon salieron hacía fuera de la guarida. Había grandes nubes negras hacía el este. Ya sabía donde debía ir.

- Vamos, Altaria. Sigue las nubes.

Mientras se aferraba a su plumaje como podía durante el vuelo, Aura estaba atenta a su pokénav para ver lo que decían las noticias. En efecto, era lo que Máximo se temía: Kyogre y Groudon volvían con más fuerza que nunca en Ciudad Férrica. ¿Qué provocaba esa piedra para que tanto Rayquaza como Kyogre y Groudon despertaran furiosamente?

Conforme se acercaban, el viento soplaba con más fuerza, creando corrientes de aire poco ventajosas para volar. Aura contemplaba a la gente por debajo suya huir despavorida. Ciudad Férrica era sacudida por una furiosa tormenta de espesa lluvia. Aún así, hacía un calor abrasador. 

En la superficie del mar, se encontraban Groudon y Kyogre, que avanzaban hacía un punto en concreto. Aura le ordenó a Altaria acercarse un poco más.

Altaria, con dificultad, conseguía volar entre las corrientes de aire. Aura no sabía qué hacer. De repente, el gran helicoptero de Devon S.A apareció por encima de su cabeza, y Aura tuvo una idea.

- ¡Altaria, pósate sobre el helicóptero de Devon por detrás!

Altaria, obediente, logró posarse a duras penas con sus fuertes garras en el helicóptero. Aura estaba casi segura de que Máximo le había visto, o quizás había tenido la misma suerte de la última vez y no había conseguido descubrirle. Desde el helicoptero, observó la situación. 

Por un lado, se aproximaba Groudon, que desprendía lava a su paso, provocando las temperaturas tan asfixiantes que había por toda la región. Muchos helicopteros de noticias e informativos le seguían y grababan su recorrido en directo para los medios, lo cual a Aura le pareció una locura.

Uniendo hilos. HoennchampionshippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora