Fuera del restaurante

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17 de Mayo de 2022

Hola cocinerucho,

¿Te acuerdas? Aquel día que finalmente decidimos vernos fuera del restaurante.

Menos mal ya que mi cartera pedía auxilió, incluso Luffy dejo de acompañarme a ir, ¿te lo hubieras imaginado? Luffy aborreciendo la carne, y el causante de ello fui yo.

Aún el recuerdo me saca una sonrisa cuando te vi acercándote con la cuenta en mano, nunca te lo dije pero pude ver cómo traías dos papeles en vez de uno. Debo reconocer que me asusté ya que no había pedido tanto como para que la cuenta fuera tan larga, por suerte el segundo papel no iba hacer que me endeudase como aquel día, aunque volver a estar dentro de esa cocina y poder disfrutar verte cocinar de tan cerca no hubiera estado tampoco mal.

Nos hubiéramos vuelto a meter en un lío, estoy seguro de ello ya que Luffy no estaría para detenernos pero no me importa, cuando me entregaste ese papel ya estábamos en otro lío, y mientras fuera a causa de esos ojos color del mar, me daba igual.

Cuando me di cuenta que era tu número de teléfono ni me dejaste ver tu rostro, te esfumaste tan rápido. ¿Acaso estabas avergonzado? Seguro que si.

El día se pasó como un sueño, uno que solo me despertó cuando te escribí y tu mensaje llegó, tu foto de perfil me tuvo embobado por diez minutos. Analice cada detalle de esa hermosa foto. No me arrepiento de ello. Bueno si de no a verte la pedido ya que esa foto desapareció, aunque hoy no quiero hablar de ello.

Quiero hablar de cómo me sentí cuando finalmente nos vimos, y si hablo de aquel día fuera del restaurante.

Era un martes. Curioso ¿Verdad? Yo lo pensé así, ya que las historias empiezan con citas a lujosos restaurantes alborotado de gente o tal ves una loca noche de un viernes.

Pero la nuestra no, no fue exactamente el principio pero tampoco fue el final. Un hermoso Martes de abril me enamoré un poco más de ti.

Si enamoré, porque no nos vayamos a engañar con estupideces de que era solo atracción física o curiosidad.

Cuando nuestras miradas se cruzaron en el restaurante lo sentimos, me animo a hablar también en tu nombre porque si, así de egocéntrico soy.

Pero aquel Martes estuve un paso más seguro de ello.

Fue una tarde amena, no nos sacábamos de quicio tanto como en el restaurante con nuestras pullitas. Fue más calmado nuestras conversaciones, eso es todo mérito tuyo.

Hacías que la vida sonase tan simple. Eso era lo que más me gustaba de ti.

Sabes que mi pasado no era limpio y siempre temía que te mancharas con él. Nunca lo hiciste.

Aquella tarde me fijé en algo que ya me había fijado antes pero necesitaba meterme contigo, sabes cómo soy. Necesitaba ver tu rostro perdiendo los estribos por mi.

Así que me burle de tus cejas, era justo ya que tú me llamabas de aquella forma que solo tú hacías y solo a ti se te estaba permitido.

Tu rostro se sonrojo mientras bufabas aunque duró poco ya que en un instante se relajó haciendo que saliera esa sonrisa tuya tan sonora, tan tuya.

Aún tengo esa imagen guardada en mi.

Parecía comos si lo hubieras hecho a drede, tenías todo el escenario para ti, el parque donde estábamos sentados charlando, la fuente que estaba detrás tuya haciendo su espectáculo mientras el crepúsculo se asomaba por detrás de tus ondas de oro.

Y en ese mismo instante sonreíste abiertamente, como si estuviera todo conectado.

Te aseguro que si pudiera enseñarte aquella imagen que me regalaste, hubiera sido tú nueva foto de perfil.

Es más, hubiera sido mi foto de perfil y así todo el mundo tuviera envidia del gran tesoro que había robado.

Porque hablando claro, te robe y no me arrepiento de ello.

Atentamente tu estúpido Marimo.

Atentamente tu estúpido Marimo

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Cartas para Sanji 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora