A veces hay cosas que escapan de nuestras manos.
Hoy pasó lo inimaginable. Me atreví a hablarle.
Es la tercera vez que lo veo, está vez está mirando a la nada, solo. No puedo entender por qué no trata de encajar. ¿O la sociedad lo rechaza constantemente?
—Hey— me acerqué sin pensarlo claramente, me sorprendí al aparecer frente a él y haber cometido tal intromisión en su delirio —¿Está ocupado?— señalé el banco a su lado, él negó.
Los siguientes minutos pasaron en silencio. Su mirada seguía perdida en la nada, tenía un rostro bastante lindo con facciones marcadas, iba ligeramente maquillado, se veía bastante tierno. —¿Te molesta mi presencia? Puedo retirarme— no quería ser un intruso en su espacio, aunque ya lo había invadido hace unos minutos, no quiero ser molesto para él. Además me distraje viéndole y registrando su pequeño rostro en mi mente.
—Hmm, no. Quédate si quieres. Me agrada tener compañía— volteó y me sonrió. Sentí algo dentro mío dar un brinco y mi rostro enrojecer. ¿Qué me pasa?
Asentí y le acompañé los últimos diez minutos del descanso, no intercambiamos palabra y solo mirábamos el cielo y los árboles a la distancia. Comprendí el sentimiento y de alguna forma, lo comprendí a él.
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¿Tienes un cigarro?
Teen FictionHola, me llamo Daniel y creo que me gusta un chico... Todos los derechos reservados.