Skydive

cap6

Izuku estuvo desconsolado durante días después de su encuentro con Stain. Terminó pasando rápidamente por el resto de su trabajo escolar en un intento de distraerse. Había contemplado brevemente poner en marcha otro cuaderno, pero rápidamente descartó la idea. No solo iría directamente contra la policía, sino que Izuku no estaba seguro de poder soportar que le quitaran otro de sus cuadernos. Si su madre notó su cambio repentino en el comportamiento, no dijo nada al respecto, solo lo animó a encontrar cosas que hacer en un tono de voz que no podía soportar.

Era como si nadie lo viera como un adulto. De acuerdo, todavía era solo un adolescente, pero los años vividos tenían poco que ver con la experiencia de vida cuando te diagnosticaron TEPT a la edad de 14 años. Izuku estaba tan cansado de que la gente le hablara como si no entendiera qué el mundo era como… odiaba la forma en que sus rostros se suavizaban como si fuera un niño frágil, y cómo hablaban despacio y en voz baja como si él llorara solo porque hablaban más fuerte que un susurro.

Izuku se había quedado obstinadamente adentro después de encontrarse con Stain, pero después de semanas de volverse loco rápidamente, se ató los zapatos y después de solo un momento de contemplación, agarró el cuchillo de Stain antes de salir.

Inko ya se había ido al trabajo, por lo que Izuku se aseguró de cerrar la puerta con llave antes de salir del apartamento, bajando los escalones rápidamente antes de elegir una dirección por capricho y comenzar a caminar. Si evitaba deliberadamente a Dagobah, entonces nadie tenía que saberlo excepto él.

Izuku caminó durante horas, hasta bien entrada la tarde y casi al anochecer cuando se dio cuenta de que tal vez debería irse a casa antes de que su madre saliera del trabajo, a ella le preocuparía si se quedaba fuera demasiado tiempo después de no decirle a nadie a dónde había ido. Justo cuando el pensamiento pasó por su cabeza, escuchó una explosión demasiado familiar. Izuku se dio la vuelta, casi creyendo que había sido una alucinación cuando no fue acompañada por un áspero "¡Deku!"

No había nada en la calle con él, pero Midoriya no tuvo que esperar mucho antes de que una cabeza familiar de cabello rubio doblara la esquina, pisándole los talones a un pobre niño que parecía tan aterrorizado como Midoriya se sintió cuando esos ojos carmesí se encontraron. sobre el suyo. Izuku abrió la boca, pero no salió ningún sonido. Estaba congelado. Ka-Bakugou parecía tan sorprendido de verlo antes de que la sorpresa se convirtiera rápidamente en ira y se lanzó hacia adelante con un maníaco "¡Maldito Nerd!"

Izuku se puso en movimiento, tropezando consigo mismo mientras corría desesperadamente a cualquier lugar menos allí. Mierda. ¿Por qué Kaachan? Por qué, de todas las personas con las que se encontró, tenía que ser la pesadilla más antigua de Midoriya. El greenette casi prefería a Stain.

Izuku se estremeció cuando esas explosiones en auge familiares estallaron un poco demasiado fuerte, e Izuku se dio cuenta con creciente horror de que, por supuesto , Kaachan era más rápido que él, tenía una peculiaridad, una que podía permitir volar con explosiones bien sincronizadas. Durante mucho tiempo había sido una idea de Izuku que el rubio pudiera incorporar algo así en su uso peculiar, pero claramente Kaachan se había dado cuenta, dado que estaba a solo unos segundos de ser asado vivo por primera vez en meses.

Izuku miró a su derecha y vio un callejón abierto que restringiría fácilmente el uso de la peculiaridad del niño y no tuvo que pensar dos veces antes de zambullirse en él. Escuchó a la rubia maldecir, incapaz de cambiar de dirección en el aire con tanta facilidad. Sin embargo, Midoriya no se levantó para ver cuánto tiempo le tomaría, y optó por obtener la mayor distancia posible entre los dos. Izuku se metió en otro callejón, luego en una puerta abierta de un edificio abandonado. Se agachó, acurrucándose en un rincón mientras jadeaba por aire. Mierda. Izuku trató de guardar silencio, pero no podía respirar . Estaba exhausto de correr, y la ahora reconocible sensación de su pecho oprimiéndose dolorosamente, atenazado por el miedo y la abrumadora ansiedad, hizo que al niño le resultara difícil hacer otra cosa que no fuera contener la respiración a medida que las explosiones se acercaban.