La vida de Alessandra Byers era tranquila y llena de paz desde el divorcio de sus padres, pero desde aquel evento desafortunado su vida dio un giro de 180°
Nunca pensó que se enamoraría y mucho menos que alguien se enamoraría de ella pues ninguno d...
Debíamos crear una distracción si queríamos alejar a los guardias de Steve y de Robin, asi que optamos por destruir los frascos de líquido verdes y eso fue más que suficiente para que las alarmas se activaran y todos corrieran hacia nosotros, en cambio aprovechamos para huir en el carrito, por suerte los encontramos rápidamente
- Steve, Steve ¿estas bien?
- ¿less? Eres bellísima – dijo el algo mareado
- Mierda, los drogaron – dijo Dustin
- Ni modo – dijo Erika – hay que irnos Subimos a Steve y a Robin a la parte trasera del carrito y conduje lo más deprisa posible, ambos chicos estaban haciendo un bullicio ahí atrás
- Están demasiado drogados – dije preocupada y me distraje por unos segundos haciendo que golpeáramos unos botes
- Hay que irnos ya – dijo Dustin bajando a Steve y a Robin quienes muy apenas podían sostenerse, subimos al elevador y con una tarjeta que conseguimos este nos llevó hasta arriba
- ¡corran! ¡corran! – grite, pues cuando salimos del elevador un par de rusos comenzaron a seguirnos, entramos por una puerta que seguramente llevaba a los pasillos del Starcourt
- ¿A dónde vamos? – preguntó Erika
- Confíen en mi – respondió Dustin, entramos a otra puerta que nos condujo a los pasillos del cine – siéntense aquí y hagan lo que hagan no se muevan
- ¿nos esconderemos aquí? – pregunté, nos sentamos alejados de Steve y Robin
- Si, escuchen – dijo Dustin – cuiden a Tweedledee y Tweedledum
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- ¿A dónde iras tu? – preguntó Erika
- A conseguir un vehículo – respondió – ya vuelvo – se levantó del asiento y se fue, a los diez minutos regresó preguntándonos si traíamos pilas - ¿en dónde están estos soquetes?
- Mierda – dije, los encontramos riendo a carcajadas dentro de un cubículo del baño
- Less, oye ¿sabías que Robin es lesbiana? – me pregunto, aún estaba algo drogado
- Si, ya lo sé – respondí – vengan hay que salir de aquí
La función había terminado y con suerte podríamos pasar desapercibidos entre el mar de personas, pero no fue así, los rusos nos vieron y nos comenzaron a perseguir. El centro comercial quedo vacío en segundos, nos escondimos detrás de un mostrador de comida, los rusos estaban cerca
- Less, less – dijo de pronto Steve, voltee a verlo y me besó
- ¿ya estás cuerdo? – le pregunté en un susurro
- Ya – respondió, se escuchaban cada vez más cerca los pasos, mi respiración comenzó agitarse, Steve entrelazó su mano con la mía para tranquilizarme y yo cerré los ojos esperando lo peor hasta que el ruido de un auto llamó nuestra atención, nos asomamos sigilosamente y pude divisar a Once, quien hizo volar el carro hacia los hombres aplastándolos
