Obihidan Week || 2023 || Finalizada.

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ObiHidan.
❝Novio.❞
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El silencio reinaba en aquel bosque, lleno de humedad y solo se oían los cantos de los pájaros a la lejanía, al igual que los pasos de ambos hombres que se encontraban caminando en este. Un albino de ojos color violeta, a su lado un hombre azabache con una fuerte mirada malhumorada miraba hacia en frente mordiendo su labio inferior. Hidan le mira con una sonrisa burlona.

—¿Sabés?— Suelta el albino entre una leve risa, colocándose frente al mayor.— Nunca voy a comprender porque Itachi y tú odian ir a Konoha.

El Uchiha le mira enarcando una ceja, rodeando al menor y siguiendo su camino hacia su destino, Konoha, la aldea escondida entre las hojas. Hidan suspira y le sigue.

— Oh vamos. No seas amargado, solo debemos entregar un pergamino y mencionar como han ido las misiones que el Hokage pidió a la organización, es todo.— El Jashinista caminaba a su lado y le miraba de forma insistente.—¿Cuál es el problema, Obito? No lo entiendo.

Obito suspira, se detiene en seco y lo mira con molestia, una vena resaltaba en su cien. Inhalaba y exhalaba con frustración. Ahora es Hidan quien enarca una ceja en su dirección.

—Hidan, debes saber que Konoha es mi aldea natal, ¿Cierto?— El mencionado asiente.— Es solo eso, hay ciertas personas que no quiero ver ahí.

Hidan ríe, se acerca a Obito y coloca sus brazos alrededor de su cuello, haciendo que sus cuerpos se acerquen de gran manera, sus caderas se encontraban realmente juntas. El azabache no pudo evitar sonreir de lado por mas que intento retenerlo. Un leve viento frío les golpeó erizando sus cuerpos, el de ojos oscuros miro hacia los labios del mas bajo y sin siquiera pensarlo, relamió los suyos propios, Hidan sonrie.

—Amo como reaccionas ante mi, pan de leche.— Hidan roza sus labios con los del mayor.— No deberías estar tan tenso, al menos relájate un poco, tu luz de luna esta aqui contigo.

Obito asiente al mismo tiempo que coloca sus manos en las mejillas del más bajo, cortando los pocos centímetros que separaban sus rostros, uniendo así sus labios en un beso cálido y tierno. Hidan baja sus brazos a la cintura de su amado, correspondiendo el gesto amoroso. Sus corazones se aceleraron de gran manera, sus pechos saltaban de emoción y no tardaron en incluir sus lenguas en aquel baile tan íntimo y apasionado.

Sus pechos demandaban por oxígeno y sin más tuvieron que separarse para así poder respirar, pero ello no evito que ambos unieran sus frentes cerrando así sus ojos mientras inhalaban y exhalaban llenando sus pulmones de aire el cual necesitaban. Obito es el primero en separarse y tomar la mejilla de Hidan nuevamente pero esta vez solo con una mano.

—Debemos continuar, ya estamos cerca.— Hidan hace un puchero.— En la torre retomamos lo que dejamos aquí, ¿Te parece? Mi adorada Luz de luna.

Obito le da un pequeño y corto beso al mismo tiempo que revuelve su cabello con cariño, Hidan asiente.

—Me parece perfecto.

Sin más, ambos continuaron caminando en aquel frondoso bosque, el cielo era completamente azul cielo, sin ninguna nube alrededor. Los arboles se veían realmente sanos y podría decirse que aquél bosque se veia hermoso a los ojos de Hidan, a lo lejos veia unos cuantos animales pequeños buscando por comida, ya sean algunos conejos, ardillas o cualquier otro animal que su ojo podría ver.

De un momento a otro a los ojos de Hidan ubicaron las grandes puertas de la aldea a la cual se dirigían, miro de reojo a su pareja y notó como el tragaba en seco, al mismo tiempo que su postura se hacía más rígida. El Jashinista lo pensó por un momento, era cierto que la familia y conocidos de ambos Uchihas se encontraban nuevamente con vida por un suceso que ni él mismo lograba explicarse. Comprendía y era consiente de que ello podría ser difícil pata Obito y por mas que quisiera no podía ayudarle, quería tomar su mano y transmitirle tranquilidad pero mientras más se acercaban, notaba unas cuántas siluetas que podría pensar que eran conocidos del azabache, puesto que él les miraba fijamente y su cuerpo se tensaba.