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ObiHidan.
❝Estar ahí❞
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Cielo nocturno, oscuro, silencioso y misterioso, pero, a la vez muy hermoso. Lleno de tantos secretos, Historias de amor, dolor, lujuria y odio, el cielo oscurecido con estrellas a su alrededor estuvo presente en muchas historias así, solo el fue testigo de lo que sucedia abajo.

Y eso al Uchiha le encantaba, el imaginaba cada uno de esos escenarios mientras se encontraba atrapado leyendo un libro, uno lleno de emociones que lo hacían sentir pleno. Sentía que viajaba y vivía muchas aventuras con tan solo abrir la cubierta de libros viejos que se han convertido en sus favoritos con el paso del tiempo. Le encantaba ese escenario para leer un buen libro y perderse del mundo aunque sea unas pocas horas, bajo aquel Cielo estrellado con la brisa fresca chocando contra su rostro, justo en esos momentos una sonrisa sincera aparecía en sus labios a veces deteniendo su lectura para dedicar unos pocos minutos para mirar la hermosa luna rodeada de tantas estrellas, era hermoso como iluminaban el cielo oscuro, haciéndolo brillar. Una luz hermosa que ilumina aquella oscuridad.

Luz... Oscuridad... Luna...

El nombre de cierto albino surcaba sus pensamientos, él era una luz, una hermosa luz nocturna, una luz que era provenía de aquella luna, iluminando todo a su paso, llenando de luz todas las sombras, haciéndolas sentir cálidas, llenas de vida. Todo eso hacía sentir ese joven en él, felicidad, plenitud y calidez.

Él no entendía ello.

No entendía esos sentimientos que surcaban su corazón desde hacía meses. Durante años, solo había sido un miembro más de akatsuki, alguien que el Uchiha mismo tachaba de sin importancia, hasta que un dia tuvieron una misión juntos, la cual cambio sus vidas, les hizo conocerse llegando a ser cercanos. Incluso su amistad había mejorado, volviéndose así mejores amigos.

El estuvo ahí, para aquel albino cuando derramó lágrimas después de cada misión donde Kakuzu se portaba como un patán, estuvo ahí cuando el mundo de ese pequeño joven se derrumbaba en pedazos, le arrullo en sus brazos muchas más veces de las que podía recordar, le aconsejo lo más que pudo, estuvo ahí, viendo su sonrisa brillar más que nunca cuando ambos finalmente se volvieron compañeros de misión oficialmente.

En todos esos momentos, él estuvo ahí. Ayudándole, apoyándolo, brindándole apoyo físico y emocional, ahora eran mejores amigos, quien hubiera creído eso años atrás. Las cartas no faltaban cuando el azabache debía irse de misión solo por un tiempo prolongado, contando sobre sus días, comentando anécdotas y alegrandose entre sí por la mutua felicidad.

A él le encantaba eso.

Le encantaba verle brillar. Poco a poco y sin darse cuenta, Hidan fue entrando en su vida tras pasar los años, siendo parte de esta, una parte muy importante, se entendían perfectamente. Pero, esos sentimientos no dejaban de surcar su mente, tampoco podía sacarlo de sus pensamientos y eso lo hacía sentir extraño, no entendía esa ola de sentimientos que invadian su pecho, llevándolo así a evitar por un tiempo al Jashinista, inclusive, dejando de responder sus cartas cuando salia solo por largas semanas.

Se sentía confundido, perdido, ¿Qué eran aquellos sentimientos? ¿Por qué no podía dejar de pensar en Hidan? ¿Por qué ahora la alejaba de él después de todo lo que pasaron juntos?

No lo entendía, frustración invadía su ser al no poder responder aquellas preguntas que atormentaban su mente, lo hacía sentir mal el alejarle, pero, ni él mismo entendía porque lo hacía. Se sentía mal, cada que le veía junto a Kakuzu, mientras ambos actuaban con tanta naturalidad, con tanta confianza, quizás por los años que fueron compañeros y el echo de que el avaro con el tiempo fuese bajando la guardia. Le hacía enojar y no lo entendía.

Obihidan Week || 2023 || Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora