- ¿Natalia?
- ¿Ah? ¿Qué ocurre?
Natalia despertó de su distracción momentánea en cuanto Eduardo sacudió su hombro. Él se sentó sobre el escritorio con demasiada confianza para el gusto de ella, pero lo dejó pasar por alto. Tenía muchas cosas que pensar en ese momento.
- Últimamente has estado demasiado dispersa. ¿Tienes algún problema? ¿Puedo ayudarte en algo? – Eduardo la miraba denotando su preocupación. Natalia hizo un gesto con la mano para despejarle esa inquietud.
- Estoy bien. Estoy pensando en la operación que empezaremos pasado mañana, cuando comience la cumbre.
Eduardo levantó los hombros.
- Tenemos una reunión en diez minutos con Rentería y la Seguridad Estatal, para planificar la operación. ¿Te traigo un café?
- Si, por favor. Tráeme uno sin azúcar. Necesito estar más despierta.
- Ahora vuelvo.
Eduardo se alejó por los pasillos de la comisaría, perdiéndose de la mirada de Natalia durante unos minutos. Ella aprovechó para estirar los brazos y exhalar un profundo suspiro, mientras miraba la carpeta que les habían facilitado los representantes de la Inteligencia francesa.
"Marcos" tenía alerta roja por la CIA y la INTERPOL a nivel mundial por múltiples atentados contra empresarios y gobernantes en otras partes del mundo. Era conocido como un mercenario astuto, hábil en el manejo de armas de largo alcance, por lo que era una amenaza si el lugar de la cumbre se realizaba cerca de lugares altos. Sin embargo, su identidad era desconocida para las autoridades internacionales. La foto de él con el rostro encubierto era la única pista que tenían para ubicarlo, pero no tenía registros policiales en ninguna parte.
Por supuesto, Natalia lo había conocido muy bien, y reconocería las facciones de su rostro sin dificultad. Aún no podía creer que Fabián pasara de ser el atrevido estudiante de criminalística, a un peligroso terrorista buscado en todo el planeta. Todavía llevaba su debate interno acerca de revelar esta información, pero decidió no decir nada aún. Esta sería su mejor oportunidad de tenerlo cara a cara, aún a riesgo de que su propia carrera sufriera las consecuencias.
Eduardo regresó al poco rato con un vaso humeante de plástico, que Natalia aceptó gustosa. El café de la comisaría era tan amargo que beber el agua de un trapo sucio era una mejor opción, pero el golpe de cafeína le ayudaría a sobrellevar el caso.
- ¿Qué opinas sobre el tal "Marcos"? –dijo Eduardo mientras se sentaba frente a ella.
- Debe ser un tipo muy peligroso e impredecible –dijo ella abriendo la carpeta con la información recopilada sobre él-. Para que nadie haya sido capaz de encontrarlo a estas alturas significa que tiene muchos recursos a su disposición, y eso es una desventaja para nosotros.
- Supongo que en la reunión de hoy nos dirán cuál es el plan y cómo podemos intervenir –continuó él mientras se acariciaba su barba de candado.
- ¿Quieres dejar de hacer eso? Me incomoda.
- ¡Perdón! –contestó levantando las manos. Natalia negó con la cabeza.
- Como sea. Lo mejor es irnos a la reunión. Ya falta poco y sabes cómo se pone el comisario.
Natalia no dijo nada más. Se levantó de su asiento y salió de la oficina que ambos compartían. Eduardo la siguió en silencio, mirando extrañado a su compañera.
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La Emboscada
ActionNatalia Castañeda es una de las mejores agentes de la División de Antiextorsión y Secuestro. Es sagaz, inteligente y hábil con las armas, pero durante una cumbre de presidentes, en la que el presidente de Francia es amenazado en un atentado de magni...