________𝑺𝑬𝑰𝒀𝑨⿻ —
Oh, Seiya...
No sabes cuanto te adoro...
Eres tan pequeño, aunque bueno... eres joven, aun sigues en pleno desarrollo.
Tan pequeño que me da miedo que alguien pueda intentar volverte a dañar.
Eres fuerte eso tu mismo me lo demostraste pero igual me haces preocupar, cariño...
Adoro tu cabello rojizo, aunque es gracioso el como te frustras al intentar peinarlo.
Simplemente adorable.
Esa voz tuya es tan... joder, ¿Cómo describirlo? Tu voz es tan hermosa.
Como me hubiera gustado haberte hecho gritar más del dolor mientras me encargaba de desgarrar esa bronceada piel que tienes.
Te hubieras visto precioso gritando y suplicando si me hubiera atrevido a arrancar tus organos...
Pero no, tampoco iba ser tan cruel contigo, mi amor...
Por eso fui paciente, no podía permitirme arruinarte.
Por más que quisiera.
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Ese hombre sonrío felizmente al ver el plato de comida para su adorado Pegaso, no... mas bien, su adorado esposo.
Si! Esposo, por fin había logrado que Seiya aceptara unirse con el en sagrado matrimonio...
Esa persona comenzó a caminar por la casa, llendo hasta el cuarto de su amado.
Lamentablemente Seiya ya no podía caminar, debido a un accidente que sufrió.
Tan pronto como el ingreso a la habitación, su sonrisa se expandió en su rostro.
_Oh Amor!~ Tu almuerzo esta listo..._
La única respuesta que llego a recibir fue...
_LARGO! VETE, TE LO SUPLICO!!!.... Porfavor... Aiolia... dejame ir_
Una voz llorosa y quejumbrosa suplico, el antiguo caballero de pegaso estaba en esa gran cama.
Ya no parecía el Seiya de hace meses.
Su cabello había crecido notablemente, además de estar bien cuidado.
Todo lo contrario de su cuerpo, el cual era casi esqueletico, pedazos de piel estaban arrancados, como si se los hubieran comido.
Pero su cuerpo estaba hermosamente adornado por un par de cadenas de oro, tanto en cuello y manos.
Porque bueno... ya no habian piernas para poder encadenar.
Ese monstruo se había encargado de arrancarlas cuando Shun lo intento salvar... oh pobre Shun, definitivamente no era linda haberse convertido en la cena de Aiolia.
El caballero de Leo, no le agrado para nada la desobediencia de su marido, odiaba el hecho que fuera tan egoísta.
El siendo cariñoso y devoto a el.
Y Seiya lo trataba tan mal.
_Al parecer aun no comprendes, mi amor? Tranquilo yo te ayudare..._
Dijo mientras se acercaba a Seiya, el cual comenzó a gritar, suplicando por que alguien se apiade de el y lo salve.
¿Quién sabe? Capaz algún día vendría su príncipe azul a salvarlo.
El pobre solamente aguantaba, con la dulce pero amarga esperanza de reencontrarse con su hermana.
Y poder volver a ser su pequeño Sei...