Sweet Omega ➵ YoonMin (Omegaverse) [Love Bonds #1] ✘ Incompleta

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Pasaron una hora en silencio absoluto, una hora libre en la que debían conocer a sus parejas, y sin embargo nadie hablaba. Nadie se atrevía, excepto Jimin y Taehyung, que jugueteaban entre ellos, y de vez en cuando con los alfas a sus lados. Pero en cuanto el timbre de la última hora sonó, Jimin recogió precipitadamente sus cosas, sin esperar a su mejor amigo, siendo el primero en salir de allí. Siempre había odiado las viejas aulas, llenas de una mezcla de olores dulzones que solo le recordaban que él y cualquier otro omega estaba atado a ese horrible lugar hasta que un alfa los reclamara, como si fueran una propiedad. Normalmente aguantaría un poco y esperaría a Taehyung, que solía ser más lento. Sin embargo, ese día, sumado al desprecio que ya sentía, todo estaba inundado del fuerte aroma de los alfas de la academia de policía. Necesitaba aire.

Al salir del edificio y sentir el aire fresco se calmó, y aminoró su marcha, sabiendo que en cualquier momento aparecería Taehyung, intentando asustarlo. Ni siquiera reaccionó cuando sintió un cuerpo prácticamente colgado sobre su espalda.

—¿No te asusté, Jiminnie? —puchereó Taehyung, sintiéndose ofendido, ni siquiera pensando en que acababan de salir de la misma clase y por ende el mayor sabría que iba detrás de él.

—¿Nop?

Los ojos del menor se cristalizaron automáticamente, y sacó el labio inferior en un puchero adorable, haciendo que Jimin suspirase sonoramente, intentando no reír. Amaba a su mejor amigo, era un tonto de primera, como un niño pequeño, pero conseguía hacerlo feliz.

—Vale, si me asustaste, ¿contento?

La expresión de Taehyung cambió a la velocidad de la luz, pasando de tener su labio inferior abultado tiernamente hacia afuera, a ser una amplia sonrisa cuadrada.

—Si.

Se tomaron de la mano como solían hacer al ir juntos por la calle, y continuaron caminando despacio, sin hablar, simplemente haciéndose compañía. El camino a sus casas era algo largo, pero siempre que iban juntos lo recorrían andando, ya que Taehyung odiaba los autobuses. Tanta gente junta en un espacio tan pequeño, apretujándose contra él, lo hacía sentir ansioso. Además, decía que olían como un zoológico. Pero siempre que salían por separado o que Taehyung no iba a clase, Jimin tomaba el bus, ya que era mucho más cómodo que andar, y solía estar agotado de las largas jornadas de escuela.

Llegaron a una intersección de calles, en la cual tendrían que cruzar la carretera para seguir su camino. El semáforo estaba en verde para los peatones, pero cuando ellos comenzaron a cruzar, empezó a parpadear, avisando de que pronto sería el turno de los coches. Taehyung comenzó a correr como un niño pequeño, sin avisar, sacándole una sonrisa a Jimin, quien pocos segundos después le persiguió al ver que el semáforo cambió a rojo y un coche le había pitado para que se apartara de la carretera.

—¡Tú la llevas! —gritó Taehyung, eufórico, sin importarle que estaban en una calle transitada, rodeados de gente. Afuera de la escuela podían volver a ser ellos mismos.