T E A C H E R

III.

La noche estaba empezando a caer.

El alfa no podía dejar de leer aquella denuncia.

— Sabes perfectamente porque nunca te marque desgraciada — estuvo a punto de empezar a romper todo lo que había en su departamento, pero tocaron a su puerta. — Liam, que haces aquí? —

— Oí en el despacho sobre la denuncia de esa maldita así que vine por ti personalmente — lo abrazo y el alfa no pudo resistirse al abrazo — Saldremos de esta te lo aseguro, ahora vámonos a disfrutar como en la universidad —

— Tienes razón déjame ir por mi saco — fue detenido por su amigo.

— ¿SACO? — pregunto asombrado — PERO SI NO ES REUNION DE TRABAJO, VAMOS ASI ESTAS BIEN— oyeron como sonaba el colapso del auto que estaba en frente.

— Liam, no me digas que tu omega está ahí — se quejó al ver como su amigo afirmaba con la cabeza.

El alfa ojiazul estuvo a punto de abrir el asiento del copiloto ya que siempre se sentaba ahí, pero se encontró con un omega con olor a vainilla demasiado precioso.

— Esta ocupado lo siento — el omega le cerró la puerta.

— Ya arranca — ordeno cuando subió al asiento trasero.

— Louis este es Zayn, mi omega — el omega le dio la mano y este lo dejo con la mano estirada

— Es más viejo de lo que decías alfa — menciono el omega y su alfa exploto en risa — Se llevaría muy bien con Harry—

— Si es Harry es un niño como tú no creo que me agrade — respondió antes de abrir la ventana e ignorar a la pareja.

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Llegaron a la fiesta.

— Vamos por unos tragos y a bailar alfa — pidió el omega

— Ahora regreso Louis— se despidió de su amigo y se perdieron entre la multitud

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Louis no podía ignorar todas esas omegas mirándolo, lo miraban como carne fresca y el solo sonreía mientras bebía un trago, tenía claro no liarse a nadie solo coquetear y es que lo suyo solo era llamar la atención.

— Hola guapo, ¿bailamos? — le pregunto una omega con un olor muy dulce para su gusto.

— Claro — le guiño el ojo a la desconocida y esta parecía derretirse ante sus encantos.

Trago tras trago, baile, roces, pero no sentía nada con esa omega.

— Suéltame alfa idiota, no sabes quién es mi padre — oyó un grito de un extraño, pero por alguna razón su lobo se preocupó, vio a aquel omega salir por la puerta trasera del lugar.

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— HARRY VEN ACA — gritaba el alfa con olor a tierra.

— Déjame en paz, yo nunca saldría contigo — seguía huyendo, justo en la cara lo golpeo un aroma que puso sus piernas a temblar.

— Creí oír que te está diciendo que lo dejes en paz — el ojiazul uso su voz de alfa, eso terminaría en pelea.

— ¿Quién eres tu anciano? — rio

— ¿Anciano eh? — de un solo golpe en la cara lanzo al alfa al piso dejándolo por un momento inconsciente — Tu, ven aquí — le ordeno a la omega rizado, sin más su cuerpo obedeció

— Gracias, quería sacármelo de encima — levanto sus ojos, el azul y el verde se encontraron por primera vez sintiendo el brillo pupilar que solo habían leído en los cuentos.

El lobo del alfa no podía dejar de aullar y mover la cola, jamás le había pasado. El lobo del omega quien siempre estaba distraído por las cosas superficiales se quedó embobado en los ojos del alfa.