# Segundo libro de la saga "Family"
Mia y Pedri no podían ni verse. Y no tenían vergüenza alguna cuando hablaban con el contrario.
El baile familiar se acercaba y aunque ellos no eran muy unidos, sus familias si.
Luego de una pequeña mentira desatar...
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— Mia Taylor
Todos empezamos a hablar, fue bastante entretenido.
— Y después, João se cayó de la silla.
Todos rieron.
— Creí que eras más inteligente, João - mencionó mi tio.
— ¿Yo inteligente? La única razón por la que se jugar fútbol es porque el universo no quiso ser tan malo conmigo.
Nos reímos una vez más. Y luego la parte que más odiaba. El momento de hablar de las parejas de el baile.
No mentiré, me avergonzaba un poco el hecho de que no tenía pareja. Todos tenían.
— Pues yo no tengo - dijo Pedri.
Todos lo miramos.
— ¿De verdad? - le preguntó mi mamá.
El río — No, solo estoy jugando. Voy a ir con Mia, mi novia.
Yo lo mire y estoy segura de que se me iban a salir los ojos — ¿Disculpa?
Todos empezaron a hablar de lo lindo que nos veíamos juntos y eso me sirvió para tomarlo de la camiseta y escapar a la cocina.
Al llegar, exploté.
— ¿Eres idiota? - le pregunté — ¿Guardaste pocas neuronas en la maleta hoy?
El me miró seriamente — Mia, no quiero quedar con cara de estúpido al no llevar pareja al baile. Es el baile más importante del año. Literalmente.
Tenía un punto.
Siguió hablando —Te lo pido. Ayúdame y haré lo que tú quieras por mi.
— Mm, déjame pensar - miré hacia arriba —. No.
Iba a irme hasta que me interrumpió — En la cena hablaste de que te haría mucha ilusión conseguir un puesto como fotógrafa en el Barça, ¿no?
Volteé y el siguió hablando — Puedo ayudarte a conseguirlo, solo necesito que me ayudes. Esto significa mucho para mi, no tienes que mirarme ni siquiera. Solo bailar una pieza y listo. Te prometo que apenas se acabe podremos fingir que terminamos y todo volverá a la normalidad.
No puede ser tan malo. Quiero decir, he deseado ese puesto desde que tengo uso de memoria, con el Barcelona.
Suspiré — Te juro que apenas hagas algo que me moleste, cancelo todo.
— ¿Entonces para que hacemos el trato si lo vas a cancelar a los 5 minutos?
Suspiré y volví a mi asiento sonriendo falsamente.
— Seguro se estaban comiendo la boca - dijo Liana.
— Liana, calla. Tú tuviste hasta enfermedades de pequeña porque besabas a todo el mundo.
Nos reímos una vez más, y otras 6478382 veces más en toda la noche.
Al final, la familia González se quedaría a dormir en casa como tradición de la cena familiar.
Mis primitos ya estaban dormidos en los muebles. Mis tíos no dejaban de bailar. Adoraba este ambiente familiar, podría vivir de esto.
Las copas se iban haciendo notar en toda la familia. Y yo solo quería ir a dormir.
Estaba muy aburrida, no tenía nada que hacer.
Así que opté por acomodar la cocina. Lavé los platos, deseché toda la basura.
Me deshice de todo lo que no necesitábamos y la cocina quedó como nueva.
El pequeño bar que teníamos en la sala estaba hecho un desastre, pero no valía la pena acomodarlo porque lo volverían a desordenar.
Tomé 2 ibuprofenos porque se que mañana lo lamentaré si no lo hago.
Subí a mi habitación y me despojé del vestido de seda que tenía en el cuerpo, reemplazándolo por una pijama.
Bajé nuevamente y empecé a preparar las camas.
Acomodé algunas en la sala y otras en los anchos pasillos de la casa. Fer me ayudó a ponerlas y Pedri me ayudo a tenderlas.
Fue un trabajo en equipo de nosotros 3 para conseguir que todos dejaran de beber y bailar para acostarse.
Cuando terminamos, les dimos agua a todos y nos fuimos a mi habitación.
Nos sentamos los tres en la cama.
— Estoy muy cansado como para caminar a casa, Mia. Se que está al lado, pero siento que me caeré en el camino - dijo Fer.
— Nos sobró un colchón inflable - respondí yo —. Podemos ponerlo aquí al lado de mi cama y duermen allí.
Ellos asintieron y eso fue lo que hicimos. Acomodar el colchón fue fácil. Ellos también tomaron ibuprofeno.
Pedri se acostó y Fer me tomó del brazo hasta llegar al baño.
— No le presto atención a muchas cosas, Mia - dijo el —. Pero creo que no soy tan despistado como para no saber que tú y mi hermano se "odiaban".
No podía mentirle, no a el — Es solo hasta el baile, es todo falso. Es un trato para que el no fuese solo al baile y yo gane un puesto como fotógrafa del Barcelona.
El asintió — Esos juegos no se hacen, Mia. Pedri y tú terminaran arrepintiéndose.
— Por favor, Fer. Es un simple trato, no la gran cosa.
Me fui a mi cama y me hundí entre las sábanas.
— Buenas noches, chicos.
— Buenas noches - respondieron ellos.
Esta fue una noche increíble. No me crucé tanto con Pedri, tendría un puesto como fotógrafa en el Barça, y vi a toda mi familia feliz.
Daría lo que fuera porque esto fuese así para siempre.
