# Segundo libro de la saga "Family"
Mia y Pedri no podían ni verse. Y no tenían vergüenza alguna cuando hablaban con el contrario.
El baile familiar se acercaba y aunque ellos no eran muy unidos, sus familias si.
Luego de una pequeña mentira desatar...
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— Mia Taylor
Pasaron dos días desde que salí del hospital y sinceramente seguía siendo doloroso.
No había podido dejar de llorar a menos que Fer, Pedri, o Pablo estuviesen conmigo.
Si, Pablo Gavira. Consigo tranquilidad con alguien que ni conozco.
Decidí hacer una pequeña fiesta en honor a que poco a poco me estaba recuperando de ese incidente.
Seguía un poco angustiada. Solo quería olvidarme de todo lo que había pasado.
Mis padres no estaban aquí y realmente agradecía eso.
Al invitar a las personas me arrepentí casi inmediatamente, pero no podía hacer nada. Quería deshacerme de este dolor y de la angustia que algo tan "pequeño" —no pequeño— dolor que había causado el incidente.
Pedri y Fer llegarían más tarde porque fueron a comprar unas cosas. Escuché el timbre sonar sin cesar y bajé rápidamente.
Tropecé varias veces en el camino porque estaba corriendo, pero abrí la puerta y no pude estar más emocionada.
— ¡Pablo! - lo abracé.
El también me abrazó — ¡Mi pesada favorita!
Lo invité a pasar y fuimos a mi habitación.
— ¿Quieres ver una película? - tomé el control y el se sentó.
Negó — En realidad, tengo algo que contarte.
Tomé asiento junto a él y esperé a que hablara.
Suspiró — Hace unos días me he estado juntando con una chica, 'Maia' - asentí —. El tema es que me gustaría tener algo serio con ella, pero no se como pedírselo.
Sonreí — Es bastante lindo de tu parte que me cuentes esto a mi, Pablo. Y si, claro que te puedo ayudar - el me miró atentamente —. Si me pidiesen algo como eso, me gustaría que sea a la luz de la luna, solo eso. Estaría encantada con un ambiente cálido, solo pido eso, nada más.
El asintió, sonrió, y me abrazó.
Adoraba el hecho de que tenía a alguien a quien contarle todo, adoro a este chico.
La puerta de la habitación rechinó y me levanté a abrirla inmediatamente. De allí se cayeron Pedri y Fer, ellos estaban apoyados en la puerta escuchando la conversación.
¿No cerré la puerta cuando entró Pablo o como?
Pablo rió cuando vio mi cara, estaba muy sorprendía y aún más sonrojada.
Ellos escucharon mi pequeña declaración, y eso era un poco vergonzoso.
— ¿Como entraron?, y, ¿por qué estaban escuchando nuestra conversación? De Pedri me lo esperaba, pero no tuyo, Fer.
