¿Eres un demonio?

Cap 4

Me levanté sobresaltada por la falta de aire, mi corazón latía a un ritmo anormal,tenía el rostro caliente y las gotas de sudor bajaban por mi rostro y cuello como si de una cascada se tratase.

Me había quedado dormida.

Ya había oscurecido ,decidí levantarme para prender la luz y abrir la ventana ya que hacia demasiado calor y el ambiente se sentía tenso.

Apenas me levanté pude notar una silueta recostada en mi ventana, pensé que capaz y aun no me había levantado por completo, asi que pestañee varias veces.

Pero en aquel momento sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Eso logró crisparme.

Esa silueta empezó acercarse poco a poco hacia mí.

Traté de moverme, pero no funcionó.

Sentía una presión en el pecho algo rara, me empezó a faltar la respiración a tal punto de querer hasta llorar, el calor que había desapareció de golpe y en su lugar un frío invadió la habitación.

De un momento a otro entró un viento bastante fuerte, las ventanas comenzaron a abrirse y cerrarse una y otra vez. 

Rápidamente traté de encender la luz y lo logré pero la bombilla solo se prendía y se apagaba, tan rápido que no podía visualizar nada.

De pronto todo se normalizó, lo extraño fue que uno de los focos explotó dejándome así con la poca luz de la luna que se filtraba a través de mi ventana.

Gracias a esa poca luz, cabe marcar que era muy poca, pude diferenciar a un chico...

A un chico...

Un chico...

¡Espera!

 ¡¿Qué carajos hacia un chico en mi habitación, y en la noche?!

Me restregué los ojos creyendo que así, ese extraño chico iba a desaparecer. Pero no fue así. Él seguía ahí, mirándome sin expresión alguna, me atreví a preguntar temiendo estar loca o que sea un acosador o algo parecido.

--¿Qué carajos eres?-- pregunté ante la silueta que se podía diferenciar gracias a la tenue luz de la luna que se filtraba en la habitación.

--...--aquel sujeto se mantuvo en un silencio fúnebre.

--¡Responde!-- demandé en un grito ante su silencio-- Espera eres un ¡¿Ladrón?!-- volví a hablar con algo que parecía más una pregunta que afirmación.

--Calla mortal, No soy un ladrón-  respondió con una voz monótona y varonil, monótona si. Parecía como si le daba pereza total el hablarme, su aura se sentía tan extraña.

--¿Un acosador?- indagué con algo de miedo y curiosidad.

--No--dijo mirándome fijamente con sus ojos color carmesí los cuales vencian la oscuridad de la habitación.

--¡¿Entonces estoy loca?!

--No que va, no soy un ladrón mucho menos un acosador, ni tampoco estás loca aunque-- se pausó y entre la oscuridad y poca luz podría jurar que esbozó una sonrisa--...eso dejemoslo en duda...yo soy un...Demonio.

--¿Eres un demonio?--asintió.

--¿En serio esperas a que crea que eres un demonio?--dije enarcando una ceja y haciendo énfasis en la palabra demonio.

--No, no espero nada la verdad, es que no me importa tu opinión.--hubo un silencio incomodo hasta que me atreví a hablar bueno a gritar.

--¡Ma, hay un loco en mi habitación que cree que es un demonio!

--Soy un demonio-- al afirmar ello la otra bombilla de la habitación la cual no había logrado prender se iluminó.

--Sabes yo conozco un buen psicólogo el te puede ayudar--sonreí amistosamente viéndole.

--Soy un demonio-- dijo de nuevo el extraño sujeto, gracias a la luminosidad se podía visualizar su gran atractivo, su cabello era negro carbón, tan negro como la noche misma, tenia unos ojos color carmesí que te hacían perderte en ellos como si bailaras en un baño de sangre tan raro pero tan único, sus rasgos eran algo de otro mundo parecía que cada detalle de su rostro había sido creado con gran cautela por fuerzas inhumanas que buscaban la "Digna perfección"

--O sea mira ¿Sabes? si quieres puedo llamar al hospital del que te escapaste para que te puedan llevar--le sugerí amistosamente nuevamente luego de haberle analizado detenidamente 

--Niña en verdad soy un demonio. ¿Es que acaso no me crees?--moví mi cabeza negando.

En serio este chico estaba cucú de la cabecita, lástima que era guapo. Que desperdició podría haber sido modelo o algo por el estilo.

--Aunque no me interesa lo que tu creas, te lo demostraré solo porque me gusta ganar-- dijo con una risita acercándose a la ventana. 

Una vez ahí chasqueo los dedos y empezó a llover de manera simultanea.

Miré extrañada. En este pueblo era raro que lloviera.

--¿Lo ves? --preguntó enarcando una ceja con su mirar aun inexpresivo.

--¿Qué quieres que vea?--pregunté contra diciéndolo, él se mantenía tan relajado como si no le importase ni lo más mínimo.

--Que está lloviendo-- ¿En serio? este chico estaba loco, o nunca había visto la lluvia.

--Ehh...mmm... ¿Y? --hable viéndolo aun mas extrañada.

--Que yo hice llover o ¿Es que eres ciega?--dijo señalando la ventana con su dedo índice.

--Ehhh...no, tú no hicisteis llover, solo comenzó a llover. Además no me digas ciega.

--¿No me crees aún?--moví mi cabeza de nuevo negando en ese momento volvió a chasquear los dedos y dejó de llover.

--¿Ahora sí me crees?--volvió a preguntar cruzándose de brazos  de una forma tan arrogante como se le era posible.

--Noup--dije algo fastidiada y asustada.

--¿Ah, sí?--rió con soberbia  y de nuevo chasqueó los dedos acto seguido empezó a llover, pero esta vez era más fuerte y con relámpagos acompañado de un viento súper fuerte que hizo que los arboles de afuera golpearan mi ventana con gran brutalidad. 

No pude evitar asustarme y retroceder por inercia.

--Bueno, ¿tienes otra excusa?

--¿El calentamiento global? Digo ¿No?eĺ mundo esta tan loco hoy en dia--pregunté nerviosa pensando que tal vez sí era un demonio...

Aunque debía admitir que le había creído desde un principio.

Nah necesito más pruebas no le creo q demonio más pitero.

Bye gentita ( sin ofender)