Moví mis caderas al compás de "no me conoce", canción de Jhayco, J Balvin y Bad Bunny, mientras sentía el cálido aliento de Federico en mi oreja.
—Sí la miradas matarán, la tuya me hizo el amor. —canturreó el ardiente español que tenía a mis espaldas, pegándose cada vez más a mí. —. Llegué a pensar que no vendrías.
Suelto una pequeña carcajada al verlo tan nervioso.
—He ganado un caso más, cariño. Y qué mejor manera de celebrarlo que estando a tú lado con un par de copas en mis manos. —sonrió pícara —. ¿No crees?
Mentiría si dijera que no quería provocarlo. Federico se veía terriblemente guapo todo gracias a su cabello siempre tan adecuado para la ocasión; una camiseta de botones semi abierta beige que se situaba a la perfección junto con unos pantalones negros de tela.
Giré y entrelacé mis brazos sobre su cuello para poder acortar la distancia entre nosotros. Acercando cada vez mi rostro rozando un poco mis labios con los suyos mientras me movía al compás de la música.
—Venga, ¿Cuánto más tendré que esperar para besarte?—susurró el español mirándome con anhelo. Muevo aún más mis caderas, siendo consciente de la tortura que le generaba al tenerlo tan cerca de mí —. No juegues más conmigo... te lo pido.
