Capitulo 1

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Una noche lluviosa cualquiera, En un callejón de una gran ciudad

Karina corría como una desesperada por los estrechos callejones de la ciudad. Su corazón latía tan fuerte que parecía a punto de salir por su pecho. Varias veces estuvo a punto de resbalar pero la confiable suela de sus botas se adhirió bien en el suelo empapado por el agua de la lluvia.

Mientras corría, perseguida por cinco individuos pensaba si no había sido un error desde el inicio intentar ser una superheroína. Desde pequeña siempre tuvo cierto “don” que muchas veces le causó más problemas que ventajas. Ella podía mover objetos con su mente. Cuando lloraba, o cuando reía, se movían diversos objetos a su alrededor de forma totalmente incontrolable. Hasta su adolescencia, no vio esa habilidad como algo positivo, intentó concentrarse en ello y poco a poco logró controlar su poder, empezando a mover los objetos de acuerdo a su voluntad y no a su estado de ánimo. Cuando cumplió 18 años decidió que usaría sus poderes para proteger a otras personas, quería convertirse en una superheroína, imitar a su tan admiradas Taeyeon, Giselle o Ningning entre otras. Su habitación estaba llena de pósters de sus heroínas favoritas.

Los grandes superhéroes, Jungkook, Suga… siempre estaban ocupados en esa cruzada a la que llamaban “Liga de la Justicia”, ello les impedía ocuparse de otros asuntos que consideraban “menores” pero que realmente eran las principales preocupaciones del día día de los ciudadanos. Robos, asaltos, bandas callejeras, asesinatos, violaciones, supervillanos que no amenazaban con destruir el mundo pero que suponían un auténtico quebradero de cabeza a los ciudadanos… cossa así quedaban en manos de sus compañeras femeninas: las superheroínas. Pronto los ciudadanos empezaron a ver a esas chicas como sus auténticas salvadoras, y no tardaron en convertirse en auténticos ídolos. Sus compañeros masculinos, pese a ocuparse de salvar, literalmente, al mundo, quedaban en segundo plano en los telediarios.

Karina se confeccionó un traje de resistente tejido, que no fuera demasiado revelador, pero que tampoco le cubriera demasiado. No tenía suficiente confianza para ir tan provocativa como Taeyeon pero tampoco le gustaba el estilo de Giselle. Así que adoptó algo intermedio. Vestía un bodi ajustado de tela oscuro y manga corta. Aunque el bodi cubría bien su trasero, ella lo complementaba con una falda que le llevaba justo hasta las rodillas. Así gozaba de libertad para mover sus piernas sin miedo a revelar más piel de la deseada. El bodi cerraba alrededor de su cuello de forma que tampoco mostraba escote. La única piel que revelaba su uniforme eran unas bonitas y redondeadas piernas y sus brazos. Complementaba el conjunto con unas botas altas que no le llegaban a la rodilla y unos guantes con tela anticorte. Un oscuro antifaz cubría su rostro, y, como la mayoría de sus admiradas superheroínas, complementaba su atuendo con una capa.

Únicamente rompía el color negro de su uniforme una gran espiral plateada que ella había dibujado en su barriga así como en su capa y en la máscara, justo en su frente. Así era como ella se imaginaba que funcionaba su habilidad, unas ondas en forma de espiral que su mente proyectaba hacia diversos objetos. Le costó bastante escoger su nombre, demasiadas superheroínas en el mundo, casi todos los nombres que le venían a la mente ya estaban cogidos. Al final se decantó por algo que fuera fácil de recordar pero a la vez sonara poderoso: Karina, sí, sonaba bien.

Ahora, a sus 20 años, después de dos años como heroína, había logrado hacerse un nombre en el mundo de los superhéroes. No era tan conocida como otras, pero de vez en cuando ella ocupaba la portada de algún periódico y salía en los noticieros. Sus principales objetivos eran los criminales que vagaban en los bajos fondos de la ciudad, pandilleros, traficantes, violadores… De hecho en alguna ocasión había coincidido con algunas de las más célebres heroínas. Al inicio de su carrera había tenido la suerte de coincidir en una misión con Giselle, aunque su perspectiva sobre esa heroína cambió un poco. Karina encontró a la mujer murciélago algo prepotente y estirada. Cuando ella sacó a relucir que ambas eran las únicas heroínas pelirrojas, Giselle la miró con desprecio, como si se sintiera “destronada” al dejar de ser la única pelirroja en el club. O tal vez fuera porque, en el fondo, Giselle siente cierto complejo de inferioridad al no gozar de superpoderes como Karina, una heroína que consideraba “de segunda”.

La Cazadora De Super Heroinas 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora