¡Oh por dios!

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Esa mañana la galeria abriria sus puertas a un publico muy selecto de la crema de la creme de paris, Christian se aproximo hacia paul que emocionados veian a la gente llegar, paul miro de reojo a christian
-¿nervioso? - pregunto
-no, emocionado - contesto
-pues deberias estar nervioso
-¿Por que? ¿Crees que sera un total fracaso?
-no claro que no, se que sera un exito, yo lo digo por que tendremos a una invitada muy especial
-¿Asi? ¿De quien se trata?
-De Anastasia Rose Steele
-¿Anastasia? ¿Quien es ella?
-por favor no lo digas en voz alta, te creeran un inculto - bromeo paul
-no tengo idea de quien es ¿Deberia de saberlo?
-si, si vives en su ciudad, si, si crees tener un futuro en este medio, ya te habia hablado de ella  ¿No lo recuerdas?
-oh, la que creias le interesaria es cuadro en particular
-exacto, Y hablando de el me alegra que lo trageras contigo, puedo apostarte que sera el primero en venderse
-me costo, pero creo que sera mejor ya no tenerlo - Christian comenzo a caminar entre los invitados, mira expectante la sorpresa de todos ahi, y escucho comentarios positivos y otros no tanto, aquello lo comenzo a llenar de nervios, las notas de un piano sonaban detras de las risas y murmuros de las conversaciones, acepto una copa de champagne que le ofrecio un mesero, nadie lo conocia asi que pasaba desapercibido aun, paul tomo la palabra atrayendo la atencion de todos hacia donde el estaba, Christian se detuvo frente a aquel Cuadro, los colores ocres, las sombras, los trasos en la piel desnuda, la pasion en la mirada de el, y la frialdad en la de ella
-te deja sin palabras verdad - era la primera vez en muchos meses que christian escuchaba el acento americano aqui en paris, volvio hacia donde provenia aquella voz angelical, Ella lo miro de regreso, Christian se quedo pasmado, jamas habia visto a alguien como ella, era alta, muy atractiva, pero lo que mas llamo su atencion fueron sus labios carnosos y carmesis, sus ojos ¡oh por dios! eran de el azul mas profundo
-dios mio - exclamo casi en un suspiro
-no, no soy dios soy Anastasia Steele - bromeo ella, christian rio bajo y casi pudo sentir como el color de su cara se elevaba de la verguenza
-no perdon, soy christian trevelyan
-lo se, te conozco
-no recuerdo haber tenido el gusto - respondio extrañado por la firmesa de sus palabras
-no personalmente, pero tengo mis medios, siempre se todo de quien me interesa

INESPERADO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora