•2: Dekiriel.

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Dekiriel, quien anteriormente había sido llamado Izuku Midoriya, era un ángel redentor.

Llevaba más o menos 2600 años cumpliendo su divina labor y era uno de los ángeles más hermosos y puros del señor.

A Dekiriel se le había encargado la tarea de guiar a las almas más oscuras durante su camino a la sagrada corte de Dios, en donde se determinaría si eran dignas del perdón y luego de su sentencia, serían llevadas a cumplir su penitencia o su castigo.

Por primera vez en esos 2600 años, Dekiriel había sentido la necesidad de evadir su labor, tal vez convocando ángeles de mayor rango como lo era su maestro, All Might, quien lidiaba con casos de corrupción y posesión de almas a manos de demonios y criaturas oscuras.

Sin embargo, sabiendo que Dios no cometía errores, supuso que de ser algo mayor, serían sus superiores quienes se encargarían de la situación.

•••

Al llegar al lugar, un horrible olor a podredumbre envolvía la habitación, y el rubio en el sofá, desprendía un aura maliciosa.

"Un pecador" pensó Dekiriel. "Al parecer no habrá oportunidad de redención".

Aún así, el ángel debía continuar con su tarea.

"Venid conmigo, ciervo descarriado, y dejadme guiar tu camino de vuelta hacia el refugio de vuestro padre..."

Y cuando el hombre tomó su mano, todas las alarmas en su cabeza se dispararon.

Sintió un horrible escozor que cubría cada parte que el rubio alcanzaba, pero no fue capaz de procesarlo ya que inmediatamente fue jalado hacia abajo y tomado del cuello.

El ardor en su piel aumentaba, sintiendo que cada zona que el hombre tocaba se encendía como si estuviera en llamas.
Dekiriel se preguntó por un momento, cómo podía un humano al borde de la muerte tener tal fuerza.

Pero luego de tres golpes en su cabeza, cuando el ángel estaba al borde de la inconsciencia y el hombre lo levantó en el aire mirándolo a los ojos con una sonrisa torcida, Dekiriel soltó una última exhalación y pensó, "Oh, así que eso era", pues la maldad reflejada en las iris rubíes era imposiblemente humana.

Y un último golpe se sintió, dejando al ángel fuera de juego.

•••

Cuando Dekiriel abrió los ojos, un profundo dolor se apoderó de todo su cuerpo, brotando desde la nuca hasta el centro de su pecho y esparciéndose por todos lados, como si clavaran miles de agujas pequeñas en toda la carne.

Sus verdes ojos se abrieron espantados, cuando después de un minuto de confusión, pudo notar que sus tobillos estaban encadenados al suelo.
La piel alrededor del hueso estaba completamente lastimada por el roce inconsciente contra el metal casi filoso, y grandes ampollas habían comenzado a brotar.

El ángel retrocedió de golpe, chocando contra la pared que se encontraba a su espalda, y fue ahí cuando su corazón terminó de romperse y sus castos ojos se llenaron de lágrimas.

Miró su cuerpo, que había sido despojado de su túnica pristina y se encontraba lleno de moretones y marcas.

Sus muslos internos lucían hinchados y doloridos y su cintura se encontraba marcada con profundos surcos rojos.

En sus antebrazos, los moretones con forma de dedos y las marcas de uñas hundidas en la piel.

El ángel se sentía sucio, humillado y asqueado de sí mismo.

El futón en el cual se encontraba sentado estaba cubierto de manchas de sangre seca y tal vez otras sustancias. Dekiriel no quería saber.

Mientras las pesadas lágrimas recorrían su precioso rostro, tomó la sábana sucia para cubrir un poco su cuerpo, en un intento desesperado por esconder su vergüenza.

꧁_Broken Angel_꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora