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Ada

—Miren, ahí está ese mocoso. —dijo Steve parqueando el auto.

—¿Quien de esos es Eddie?

—Aparentemente no está ahí. —dijo Robin— pero ahí está Dustin.

Steve termino de parquear el auto y los tres salimos.

—¡Dustin! —gritó Steve haciendo que Dustin volteara a vernos.

—Oh, chicos, ¿que hacen aquí? —preguntó.

—No, ¿tú por qué te fuiste?

—Vi que hablaban muy animadamente, dejé que se pusieran al tanto de todo lo que ha pasado en estos años.

—¿Seguro? —pregunte.

—Si, seguro. —volteo a ver a los chicos que estaban atrás de él— ellos son Gareth, Jeff, y Eddie debe estar adentro. Chicos, ella es Ada.

—Mucho gusto, Ada. —dijeron y yo sonreí.

—Dustin, te llama tu madre. —dijo un chico de cabellera larga.

—Ay, chicos ya regresó. —entró a la casa.

—Harrington. —dijo el chico— ¿que hace aquí el mujeriego de Hawkins?

—Si, venía a buscar a mi amigo. —hizo énfasis en la penúltima frase.

—Si, tu amigo esta bien aquí. —contestó el otro chico.

—Bien, pero igual me lo llevaré. —Steve se empezó a acercar al chico, pero Robin lo detuvo poniendo su mano en el brazo de Steve.

—Bien, chicos tranquilos, Dustin ya vendrá. —dije— Steve vamos. —le dije pero él no me hizo caso y se quedó viendo fijamente con Eddie— Steve vamos. —repetí.

Esta vez me hizo caso y los tres nos dirigimos hacia el auto y nos apoyamos en él.

—¿Que fue eso? —pregunte.

—Si, se me había olvidado contarte que en las veces que ellos se han visto siempre termina en una pelea verbal.

—La última no fue nada verbal. —dijo Steve con los brazos cruzados.

—¿Él es Eddie? —pregunte y ellos asintieron.

—Miren Dustin ya salió. —dijo Robin y se fue donde Dustin a llamarlo.

—Entonces, ¿él era Eddie? —pregunte— es lindo.

—No puede ser, Ada, ¿tú también?

—Vamos acepta que es lindo. —dije.

—¿Por tener una banda y ocupar anillos?

—Ni siquiera sabía que tenía una banda. —entrecerré mis ojos— pero sí, eso lo hace más lindo. —me di la vuelta apoyando mis antebrazos en el techo del auto, y recostando mi cabeza en ellos.

—Si, si, lo que digas, igual no dejo de ser el más lindo de Hawkins.

—Eres un egocéntrico, Steve. —negué.

—No soy egocéntrico, soy realista, tú crees que él me gana, pff. —se burló mientras soltaba una carcajada— ¿Edward Munson ganarle a Steve Harrington?

—Aveces la belleza no lo es todo. —alce mis cejas.

—¿Lo seguirás defendiendo? —preguntó.

—No lo estoy defendiendo, solamente que no veo que esta pelea tenga sentido. Solamente veo a dos adultos pelear por ser el preferido de un niño de quince años.

Nuestra Noche. [Eddie Munson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora