Capítulo I

1.2K 128 84
                                    


Miro su Rolex combinado por ultima vez, pues esperaba el momento que abordaría el avión en el que regresaría a México sin escalas.
El viaje a España había sido demasiado tedioso pero sumamente importante para sus empresas. Sin duda luego de ello tomaría un descanso, pues el año terminaba algo agotador.

Jugo con sus dedos sobre el maletín gris topo que lo acompañaba. La maleta del mismo color lo delataba delante de todos como un hombre de negocios. Así era Victoriano Santos, un hombre de negocios.
Caminó a pasos largos mientras ignoraba el sonido de los mensajes que recibía su celular y unas cuantas llamadas, pues necesitaba un poco de paz luego de varios días se estrés relacionados con temas de la empresa. Y más aún ahora, luego de aquella noticia recibida vía telefónica unos días atrás. Su inminente regreso se relacionaba justamente con ello.
Estaba cansado de todo, incluso de su trabajo, pero no podía negar que ese tiempo fuera y alejado de todos le habían servido para pensar sobre todo en él mismo.

Ciudad de México

🔸🔸

-¡Muchacha! Ese jarrón cuesta una fortuna. Será mejor que lo trates con cuidado.

Advirtió a una de las mujeres del servicio, quienes comenzaban a engalanar la mansion para el evento que se llevaría a cabo esa noche.

Siempre se levantaba de malhumor pero ese día era diferente y se mostraba ansioso.
Cada año hacía un gran festejo para su familia y amigos. Pese a que era bastante mezquino, en temas que conciernen su fiesta de cumpleaños no escatimaba en gastos.

Caminaba por uno de los pasillos enfundado en una bata gris y apoyado en su baston cuando Braulio, su asistente, se acercó.

BR: Señor, la empresa encargada de la decoración está aquí.

Ser: Gracias, estoy seguro que esta noche será perfecta. ¿La familia Del Prado confirmo asistencia?.

BR: Me temo que no podrán venir, el señor Gustavo aviso que su esposa no se encuentra bien de salud. Agradece la invitación y pronto enviarán un presente.

Servando gruñó.

Ser: Excusas. Eso se llama envidia.
¿como va la preparación del cuarto?

BR: Solo faltan algunos detalles, pero está practicamente equipado.

Ser: ¿Detalles? Por favor procura que esté listo, si es posible para esta misma noche. Necesito que ella lo vea.
¿Mi hijo no se ha comunicado?

BR: No señor, pero había dejado dicho que estaría aquí poco antes de que comenzara la fiesta.

🔸🔸

Llegó a su departamento sin contratiempos. El viaje programado duro 12 Horas 20 minutos. Estaba decidido a hacer cambiar de parecer a su padre sobre esa absurda idea que tenía en mente. Por lo que sin haber descansado demasiado, se dio una ducha ligera, abrió su clóset y se detuvo en elegir cual de los trajes de cóctel era el apropiado para esa noche. Sabía que no duraría mucho en aquella fiesta, de seguro cuando hablarían de ese tema su padre se disgustaría con él y como siempre sucedía, el se iría de allí.

Sonrió al recordarlo. Tan terco como él mismo. Todo un Santos, asimismo no podría permitir que cometiera una locura, y mientras más pronto se opondria a ello más chances había de que desistiera.

🔸🔸

-¿Estás feliz?

Oyó decir mientras le colocaba una hermosa gargantilla en su cuello.

-Se me nota en la cara, ¿verdad?
Inés volteaba a verla.

A: Si...

I: Hoy es el día más feliz después de tanto tiempo, Ariana.

La Nueva Santos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora