Capítulo V

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La mujer se aparto de manera de natural, sin embargo Victoriano sintió gran incomodidad.

Ser: ¿Victoriano? ¿Qué haces aquí ?

I: Todo salió bien ( secándose los ojos)

Vic: Vine a preguntar por Emiliano. Como te escuché hablar con Inés que hubo una complicación y estaba de paso para la oficina, decidí venir.

Ser: Si, si entiendo.
Mi amor...( Fue directamente a abrazarla) entonces salió todo bien...es una inmensa alegría. Ya podrás tener a tu hijo viviendo con nosotros...como una gran familia. Porque eso es lo que somos todos...( Miro a ambos) familia.

Victoriano se quedó pensando ante aquellas palabras. Definitivamente lo eran, un vínculo que por más que no fuera de sangre debía respetarse.

Allí se vieron, reunidos en el pasillo de aquel hospital. Inés podía mantener su compostura, pues por más que se sentia cierta tensión en el aire por la llegada sorpresiva de su esposo encontrandola en esa situación, su emoción por el bienestar de su niño era mayor.
Pero no era así para el otro Santos, que entendió ese mismo día que si jugaba con fuego, quien se quemaría no sería más que él.

🔸🔸

Dos días después, la morena ya se encontraba casi instalada en la habitación de su hijo quien no paraba de sentirse maravillado con el cuarto.

Hacía dos noches que no dormía junto a Servando. Una, porque le tocó pasarla en el hospital, y la otra porque decidió dormir junto a Emiliano en una cama que había hecho colocar a su lado.
Pero ese día era diferente. Sus pensamientos solo estaban dirigidos a una sola cosa, al ultimátum que su marido le había puesto.

E: Entonces ese tal Victoriano ¿es hijo de Servando?

I: Así es...

E: Yo dije que no quería a su papá. ¿Crees que se molestó?

I: No lo creo.

E: ¿Y por qué no ha venido a verme entonces?

I: Pues, no ha estado aquí últimamente.

E: Ojalá venga, me cae bien.

Inés sonrió sin ganas.

E: Mamá... ¿Servando es tu novio?

Ella suspiró.

I: Hijo, hay algo que debes saber.

E: ¿Qué es?

I: Es realidad Servando y yo ( hizo una pausa) estamos casados.

E: ¿Qué? ¿Por qué?

I: Tuvo que suceder así.

E: ¡No me dijiste nada!

I: Iban a operarte hijo, no quería que te pusieras nervioso y sabía que no te gustaría enterarte de esto.

E: Siempre quise saber qué se siente tener un papá, ¡pero es como un abuelo!

I: Escucha Emiliano, hoy no lo comprendes pero cuando crezcas lo harás.

E: No, no entiendo como puede gustarte.
No era necesario si me tienes a mi! ¿Para que más!?

I: Es cosa de grandes, no tienes que preocuparte.

E: ¡Yo no quería que te casaras, y menos con ese viejo!

I: Emiliano por Dios, nada cambiara entre nosotros mi vida, lo único que cambia es que ahora viviremos aquí en su casa.

El joven se cubrió con sus mantas acomodandose para dormir.

I: Emiliano...

E: Voy a dormir ahora.

La Nueva Santos (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora