Capítulo 2

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Sus besos eran demandantes e insistentes.

«No debe estar del todo consciente» pensó Steve volviendo a intentar separarse del castaño.

—Te estás confundiendo. —dijo apenas, ladeando el rostro hacia un costado y alejándose un poco.

Tony no permitió que sus cuerpos se separen y atrapó su cuello con los labios, recorriendo la piel blanquecina del hombre sin pudor alguno.

La lengua del castaño lamió su garganta como si la estuviera saboreando, bajando lentamente por su clavícula y dejando pequeños besos.

«Mierda» maldijo Steve en su mente.

—No... no hagas eso. —dijo, sin poder controlar las reacciones de su cuerpo.

—¿Estás seguro, señor Rogers? —preguntó Tony chocando su aliento contra su piel.

Steve volvió a sentir un escalofrío en el cuerpo. ¿Acaso, estaba cayendo ante las provocaciones de un joven hormonal? No podía permitirlo, tenía que ser mucho más consciente de la situación.

Además, su hijo y Anthony eran-...

—¿Eh? ¿Qué haces? —preguntó Steve saliendo de sus pensamientos y viendo como el castaño lo empujaba hacia una pared cercana.

Aún se encontraban en la entrada de la casa, sin embargo eso no le había impedido a Tony para ponerse de rodillas al frente suyo. 

Se quedó sin palabras al presenciar cómo intentaba abrir la bata de dormir que llevaba puesta.

—Detente. —dijo Steve deteniendo las manos de Tony, recordando que debajo de la tela no llevaba nada puesto.

Le gustaba dormir estando desnudo.

—¿No lo quieres? —preguntó el castaño mirándolo con sus enormes ojos castaños desde abajo—. Sé sincero conmigo, señor Rogers.

El mencionado estuvo a punto de responder, no obstante el rostro de Tony se acercó hacia su parte baja y comenzó a frotarse sobre la tela.

«No, no caigas» se repitió, cerrando los ojos al sentir como la boca del castaño tocaba por encima de la bata y dejaba ver como su miembro se alzaba por la excitación.

Maldición.

Sentía los labios de Tony mojando la prenda con su saliva.

«Es suficiente... no puedo más» pensó dejando de resistirse, soltando las manos del castaño y viendo como su bata de dormir se abría con facilidad.

Se rindió por completo.

—¿De verdad, lo quieres tanto? —preguntó Steve con la voz ronca viendo con los ojos dilatados la erótica imagen que estaba presenciando al frente suyo.

El adorable ex-novio de su hijo, estaba de rodillas mirándolo fijamente con una sonrisa traviesa en los labios mientras tenía su miembro erecto alzándose sobre él.

—Me gustaría probarlo, señor Rogers. —respondió Tony sacando la lengua y lamiendo toda la longitud del pene del hombre—... es tan grande.

Steve apretó la mandíbula y con una mano cogió la barbilla del castaño.

—Hazlo bien, niño. —gruñó con la voz ronca, cayendo ante las provocaciones.

Tony sonrió en grande y cogió con ambas manos el miembro del contrario para comenzar a masturbarlo desde la base.

«Mierda, es tan caliente» pensó Steve tirando la cabeza hacia atrás.

Podía sentir el calidez de la boca del castaño besando su glande y sus manos que tocaban el falo, bombeando de arriba hacia abajo. ¿Acaso, estaba perdiendo la cabeza por los toques de ese chico?

With You FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora