Capítulo 22: La fe de un guerrero

541 50 29
                                    

Kiri abrió sus ojos lentamente. La comisura de su labio se extendió hacia arriba trazando una sonrisa soñolienta al evocar todo lo ocurrido de la noche anterior; las escenas de su unión con Spider se tejían en su mente acariciando su corazón. Al estar recostada, revolvió su cuerpo con suavidad, pero notó algo extraño. Mientras su visión se clarificaba lo que había frente suyo no era el pequeño cuarto iluminado a penas por la tenue luz de la chimenea incandescente, sino que estaba en el exterior. Todo era verde. Rápidamente, con una aspiración profunda, Kiri inclinó su cabeza hacia un lado. Spider no estaba con ella. La chica confundida vio que no tenía su cuerpo Avatar Humano, sino que tenía su piel azul; su cuerpo original. Los altos árboles de grandes hojas se enredaban con las flores bioluminosas que crecían en los tallos. Por otro lado, en cielo, volaban inmensos y majestuosos Ikrans en búsqueda de alguna presa de la cual abastecerse. Kiri respiró el aire cerrando sus ojos con satisfacción, este ambiente era inconfundible:

Estaba en Pandora.

Kiri vio una flor anaranjada no muy lejos de ella que movía sus raíces de forma involuntaria. Se puso de pie en el pastizal y caminó para tocar aquella hermosa forma de la naturaleza. Sin embargo, cuando extendió su mano atravesó la flor por completo. Con un brinco, Kiri tiró su mano hacia atrás desconcertada por el hecho de no poder tocarlo. Pero su curiosidad no tenía límites, así que volvió a intentarlo obteniendo el mismo resultado. Kiri apretó los labios, y es allí donde se dio cuenta de que no estaba físicamente en la tierra que la vio nacer, sino que se encontraba en Pandora de forma espiritual.

De pronto, un viento ajeno sacudió las plantas. Muchos animales salieron asustados entre los arbustos y la maleza frondosa. Kiri vio a lo lejos como una gran nave militarizada de la RDA dejaba descender a soldados Avatares y humanos con grandes armas. Luego, escuchó gritos. Clemencias en su idioma Nativo:

Su gente pedía ayuda.

Kiri se echó a correr en dirección de donde provenía ese miedo atronador. Sentía una desesperación amarga, pues los lamentos lejos de mitigarse se intensificaban. Al llegar al centro de todo vio como mujeres Na'vi sostenían a sus hijos entre sus brazos mientras, inútilmente, intentaban ocultar sus sollozos para no ser halladas por el enemigo. Asimismo, algunas de ellas rezaban a Eywa para que sus esposos no murieran en batalla. Kiri torció sus labios al darse cuenta de que se trataba de su antigua aldea. Esta era gente de la tribu Omaticaya. Caminó entre ellas. Ninguna notaba su presencia, era prácticamente invisible para el resto. Levantó su cabeza cuando una voz se alzó encima de un promontorio de rocas. Una Na'vi ataviada con flores carmesí y un taparrabo de lino tornasol, se manifestaba ante las mujeres para aplacar su desesperación. Kiri se estremeció cuando vio el collar de hueso colgando en su pecho, el mismo de su abuela:

Aquella Na'vi era la nueva Tsahík.

La muchacha se agarró el pecho por la sofocación que sentía. Al parecer, ser invisible para los demás no repercutía en que ella pueda sentir su cuerpo físico. Miró nuevamente a la Omaticaya con intrincadas ropas sin desprender su vista del amuleto de su abuela. Ahogó un grito de desesperación al inferir lo que eso significaba; Mo'at había muerto.

—¡Hermanas! —exclamó. Su voz salió como eco en la oquedad de la iluminada cueva de la Montañas Aleluya. —Sus hermanos, esposos y guerreros son fuertes. No dejaran que las Personas del Cielo encuentren nuestro escondite. Así que no más tristeza. Eywa nos protegerá.

Pero las Omaticayas parecían no estar conformes.

—¿Por cuánto tiempo más? —suplicó una joven Na'vi cubriendo a su bebe con una manta. —Los humanos jamás nos dejarán en paz. Acabaran con todos nosotros. Es solo cuestión de tiempo. —la ira combinada con la frustración la hacían lucir demacrada. No habló más pues su bebe empezó a prorrumpir en lágrimas.

TE VEO | La Misión De Eywa | Kiri x Spider (Avatar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora