El Fin

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Cuando comenzaron a recorrer las callas la experiencia era completamente diferente, había muchos puestos por doquier, de comida, recuerdos, artesanías y todo tipo de cosas hermosas y coloridas. Las casas eran muy coloniales pero no dejaban de ser majestuosas pues eran enormes con diversos colores.

Después del embarazo el Lan se acostumbro a la comida condimentada, por lo que ambos probaron de todo tipo de platillo y discutían sobre que plato dulce o picante había sido mejor, claro que el Lan seguía prefiriendo lo más simple a diferencia del Jiang.

Cuando sus estómagos no podían con más comida, fueron a diversas tiendas en las  que comprar regalos para sus sobrinos y hermanos, el Jiang no dejaba de comprar tuvieron que regresar en dos ocasiones al hotel para dejar todo lo que había comprado y no se diga con su pequeña había comprado muchos pasadores, vestidos y juguetes para ella. Su primer día lo terminaron en un mirador, la vista era increíble pues las luces iluminaban las casas, las calles y la música de piano seguía escuchandose por toda la ciudad

- Estoy feliz de estar en este hermoso lugar junto a ti A-Cheng - el Lan se subió al regazo del Jiang para poder sentir su cuerpo junto a él, cuando estaban así se sentía protegido y amado por ese hombre

- Y compartiremos muchos momentos más juntos, lo sé - ambos se quedaron viendo el paisaje por un par de horas.

A la mañana siguiente siguieron su recorrido por alguno de los museos más importantes de la ciudad, el que más amaron fue el museo del piano desde la entrada sabias de que era dicho museo pues el edificio tenía forma de piano y dentro había pianos de todo tipo, habían echo varios espectáculos de música en vivo, no habían querido salir de allí pero quería terminar su recorrido en las preciosas playas, cuando llegaron el atardecer se mostraba en el cielo pues se pinto de muchos colores amarillo, azul, rosa, naranja... Les pareció un verdadero espectáculo y que mejor que compartirlo con esa persona que amaba y que lo amaba.

Ambos se sentaron en la arena disfrutando de la bella vista, el Jiang había puesto una manta, vino y uvas para poder comentar todo lo que habían visto y después de un largo rato simplemente se quedaron callados disfrutando del calor del otro, de la brisa y el sonido del mar.

El Jiang había envuelto a Xichen por la cintura y lo había cargado hasta el mar, el agua ya era demasiado fría pero el oleaje era tranquilo

-A-Cheng esta fría - había gritado Xichen cuando su cuerpo estaba completamente mojado, su ropa ese les pegaba a la piel

- Eso fue divertido-se reía Jiang Cheng que fue salpicado por el Lan, ambos se lanzaban agua con las manos, se perceguian y reían. Xichen nunca se había divertido tanto, cuando era pequeño había visto a una pareja jugar de la misma manera y pensó si el algún día podría ir, lo había querido intentar con su hermano pero este no había querido y ahora estaba aquí con Jiang Cheng divirtiéndose

- Siempre logras sorprenderme - Xichen se recostó en la manta después de estar varias horas en el agua

-Por qué? - se recostó boca abajo el Jiang pero sin dejar de mirar a su esposo

-Nunca hice nada de esto- el Jiang se recargo en su pecho

- No puedo creerlo, digo veo a Lan Zhan jugar con mi hermano, ambos son como niños pequeños

- Ustedes no hacen ser niños pequeños - ambos rieron y se besaron

-Somos una mala influencia?

- Me gusta que sean una mala influencia

Cada mañana y antes de dormir ambos padres llamaban a Wei Ying para preguntar sobre su pequeña por lo que al regresar al hotel llamaron al celular de Lan Zhan

Una OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora