Things I need to hide

You have to know me

Mi departamento improvisado se veía tan vacío como de costumbre. Las flores y tarjetas de felicitaciones estaban por todos lados, y de algún modo me hacían sentir mejor. Entré a la cocina. Impecable. En la mesa había una caja amarilla con una nota pegada.

"Te traje pastelillos de la panadería que te gusta. Disfrútalos. M"

Mia había estado aquí.

Se suponía que debería sentir algo, ¿no?

Intenté concentrarme.

Nada.

No alegría.

No desagrado.

No nada.
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El piso no era tan cómodo como parecía para una siesta, mi cuello se quejó por la mala posición y justo cuando iba a levantarme para darme una ducha, la puerta de la entrada se abrió dejando pasar una figura sigilosa.

- ¿Darren?

- En la sala.- contesté sin tener que pensarlo mucho.

Mi hermano entró y le sonreí como saludo, gesto en el que usé mis habilidades actorales para crear.

No es que estuviera triste. O decepcionado. Solo estaba algo cansado. Eso era todo.

¿No?

- Te ves cansado.- dijo Chuck intentando leerme a fondo.

- Lo estoy.

- Espero que esté valiendo la pena.

- ¿Bromeas? Es asombroso, hermano.- la sensación que tenía en el pecho cada vez que hablaba de este sueño hecho realidad llegó de lleno a mí otra vez,- Sabes que desde hace mucho tiempo estaba esperando a Hedwig. Regresar a Broadway... ¡Ahh!- sonreí. Una sonrisa más auténtica.

- Sabes que no me refiero a eso.- la voz de mi hermano seguía siendo un presagio lúgubre.

- ¿Entonces que...?

- ¿Has hablado con alguien del cast?

- Claro que sí.

- No me refiero a los tweets que contestas, Darren. ¿Has hablado con ellos?

- Te estoy diciendo que sí, Chuck. Hablo con Chord y con Becca y con Matt. ¡¿Cuál es tu problema?!- dije mientras me levantaba y me dirigía a la cocina.

- ¿Y Colfer?- me detuve y tensé los hombros. Eso había sido un golpe demasiado bajo.

- Cállate, Chuck

- ¿No han hablado ni si quiera en el plan de amigos en el que quedaron?

No pude contestar. No era una respuesta que me gustara.
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Me sentía tan satisfecho con mi trabajo. Con mi vida. Estaba cumpliendo mis sueños y aun me quedaban tantos proyectos por empezar. En general me sentía feliz, y casi todo el tiempo en un huracán. Cada momento para mí era irremplazable, irrepetible y perfecto. Mis fans eran algo que me seguía impulsando hacía adelante, esforzándome para ellos...

Miré la hoja en blanco que estaba enfrente de mí. Ya había pasado tiempo desde que había escrito algo. Tomé una pluma y comencé a narrar cosas

Lo bien que me sentía. Lo mal

Todas y cada una de esas palabras flotando desde las puntas de mis dedos, sin música ni melodía aparente, pero con tantos sentimientos.
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Flashback

- ¿Cómo lo haces?- dije, secretamente esperando que no me hubiera oído. Estaba recostado en el tráiler de Chris jugueteando con mi teléfono mientras él trabajaba concentrado en su computadora. Alzó su cabeza y me observó confundido.

- ¿Cómo hago qué?

- Escribir tan asombrosamente.- cerró su computadora portátil y me sonrió durante un segundo que me ardió en el pecho.

- ¿De qué estás hablando? Tú también escribes todo el tiempo.

- Canciones. No es lo mismo. Tú tienes que tener toda una estructura, algo en que basarte.

- Si...- sus labios se fruncieron en la sombra de una sonrisa,- y no. ¿No te pasa que estás haciendo cualquier cosa y de repente puedes sentir un impulso a través de tus venas y lo único que se te ocurre para liberarlo es escribir?

Mi rostro formó una sonrisa. No podía creer que esta persona fuera mía. Técnicamente, sólo mi amigo ahora, pero al menos estaba en mi vida.

- Si.- contesté pensando en todas las canciones que mantenía guardadas.- pero lo liberó con la música, ya sabes.

- Claro.- sonrió de nuevo.- Tal vez deberías intentar quitarle las melodías a las palabras, probar cosas nuevas. Tal vez encuentres otra habilidad.- abrió su computadora y fue cuando se me ocurrió algo prometedor.

- Solo si tú prometes intentar hacer canciones.- alzó la mirada una vez más, con sus lentes puestos.

- Trato.- y siguió escribiendo...

Fin del flashback
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Al final había llenado más de cinco páginas, dignas de llamarse mi diario personal. Se había sentido bien. De alguna extraña y bizarra forma me hacían sentir como que aun teníamos contacto. Como antes.
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Un día más de Hedwig. Y seguía esperando que alguien cercano se apareciera por las puertas del teatro. Si se pudiera, alguien con ojos azules y el cabello castaño, con lentes cuadrados y una chaqueta porque no quiere que lo vean...

Alguien que sea el amor de mi vida.

El amor de mi vida que se tiene que esconder.