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Advertencias: el contenido de este capítulo es para mayores de 18 años. O para cualquiera bajo su propia responsabilidad xD. Escenas sexuales explícitas.

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La puerta se azotó detrás de nosotros, sin que nos importara en lo más mínimo tener cuidado en no hacer ruido. Las manos de Chris se presionaban por mis costados, recordando lugares que conocía a la perfección. Sus dedos subían y bajaban por mis costillas marcando cada centímetro de piel como suya.

Estaba siendo mío de nuevo. Cada pedazo de mi cuerpo hirviendo por amarlo, una urgencia que no sólo nacía de mi entrepierna, sino de lo más profundo de mi conciencia.

Estaba siendo de él de nuevo. Su rostro reflejando algo muy parecido a la admiración cuando me quitó toda la ropa y me detuvo de las muñecas manteniéndome en contra de una pared.

Vi como su rostro se acercaba acechando mis labios, devorándolos en el primer instante en el que los tocó.
No podía creer que estuvieramos tan cerca el uno del otro y aún así que no pareciera suficiente. Lo necesitaba conmigo por siempre. Lo necesitaba dentro de mí.

De alguna forma tomé el control por un instante, un instante que me sirvió para arrancarle la camisa y empujarlo hasta mi recámara. El resto de su ropa fue historia rápidamente.

Sus ojos azules me veían esperando mi próximo movimiento y sus labios se curvaron en una sonrisa cuando comencé a acariciar la extensión de sus piernas, poniéndome cómodo encima de él. Seguí trazando un camino hasta que encontré su mano, entrelacé mis dedos con los suyos y antes de que pudiera reaccionar, tenía uno de ellos dentro de su boca. Lo estaba guiando de nuevo. Estiré mi otra mano por encima de su cabeza y alcancé un cajón, saqué un condón y un pequeño botecito de lubricante.

Y se los di.

Sus ojos sorprendidos me dieron ganas de reír, pero no lo hice. Chris estaba a punto de decir algo, pero me adelanté tapando su boca con la mía. Su mirada me encontró otra vez y una nueva oleada de calor me recorrió. Lo necesitaba. Ahora.
Destapé el lubricante por él y lo puse en su mano, tomé el preservativo y lo abrí con los dientes teniendo cuidado en no romperlo.

- Sé que sabes lo que sigue. ¿O tendré que guiarte toda la noche?- susurré molestándolo.
- Cállate Darren, y dame eso.- me quitó el condón y se lo puso con facilidad.

Y de repente tenía uno de sus expertos dedos dentro de mí. Nunca antes había conocido esa sensación. Dolía y ardía pero definitivamente no podría ser mejor.
Cuando sus labios mordieron mi mandíbula fue cuando tomé conciencia del resto de mi cuerpo. Cada reacción siendo una ofrenda al amante que idolatraba, que movía sus dedos para hacer todo esto más fácil, dándome ondas de placer incontrolable.
No soportaría mucho tiempo más.
Tomé su rostro entre mis manos y vi profundamente en sus ojos.

- Chris, hazlo. Ahora. Por favor.- dije pensando en lo mucho que lo amaba.

Creo que ese fue mi último pensamiento razonable por un par de minutos. Mi mundo entero se había convertido en calor, un calor que no quemaba, algo abrumador, un calor que estaba disfrutando como si fuera el más grande de los pecadores, sin que de verdad me importara.

- Darren...- Chris dejó de moverse y me obligó a verlo a los ojos.- Te amo.- mi boca buscó la suya automáticamente, sumiéndome en algo más grande que el placer. Me estaba hundiendo en él.

- Yo te amo mucho más.- murmuré contra sus labios, dándole permiso de que siguiera balanceándose contra mí.

El final no estuvo muy lejos de eso. Terminó dentro de mí con un gemido que se quedaría por siempre en mis recuerdos y yo le seguí, ahogando un grito en mi pecho.

Fue una de las mejores noches de mi vida.

Y eso es decir mucho considerando que la viviría con él.

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Como se los prometí. ¡SMUT! *w*
Gracias por leer :)

Things I need to hideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora