Nos despedimos de los chicos, Robin, Munson y yo nos dirigíamos a la casa de la rubia. Eddie no dejaba de abrazarme, me parecía raro, demasiado raro.
—Les juro que si es algo malo, dejaré de hablarles, me hacen caminar y a mí no me gusta —rodé los ojos.
Eddie me compartió un poco de su cigarrillo y yo lo tomé gustosa, di una calada y sentí el humo inundar mi interior. No diré que me volví adicta al cigarrillo o al porro porque sabía que esto me haría daño si lo consumía demasiado, solo era de vez en cuando.
—El que sea algo malo de decirte o no, dependerá de ti, así que no te adelantes y disfruta del paisaje —sonrió mostrando los dientes y Robin soltó una carcajada.
¿Paisaje? Estábamos caminando por una carretera vacía con arboles alrededor de nosotros, arboles secos y viejos. Podía salirnos un animal o asesino en cualquier momento.
—¿Tendré que tomar una decisión? —pregunté tratando de descifrar su plan, fruncí el ceño y él asintió apretando los labios y cerrando los ojos.
—Así es, linda, pero cuando lleguemos lo sabrás, tranquila, no es tan malo —volvió a sonreírme y su brazo se aferró más a mis hombros.
Me daban ganas de comer mis uñas, estaba terriblemente nerviosa y después de lo que me dijo, esos nervios aumentaron. Yo jamás he sido buena tomando decisiones.
—¿Estás segura de que tus padres no están en casa? —le preguntó a Robin.
—Segura, Eddie, tranquilo, todo está arreglado —se giró para verlo y comenzó a caminar hacia atrás, como un cangrejo.
¿Tan privada era la conversación? ¿No podíamos hablarlo en la cafetería o en el bosque? ¿Por qué precisamente en la casa de Robin?
—Están asustándome —arrugué la nariz—, no sé qué están planeando, pero no caeré —detuve mis pasos y me deshice del agarre de Eddie.
—¡Ey!, ¿puedes confiar en nosotros? —Robin me preguntó haciendo puchero—. Todo estará bien, no te asesinaremos, tranquila.
—Si no fueran mis amigos los mandaría a la mierda —solté una risita y caminé de nuevo.
Eddie volvió a abrazarme y depositó un beso en mi mejilla. Minutos después llegamos a su casa, ella abrió la puerta y nos dio acceso.
—Iré por cervezas, ¿quieren? —preguntó Robin amablemente a lo que respondimos con un asentimiento como respuesta.
—Pondré un poco de música, ¿les parece bien? —Eddie preguntó mientras buscaba el control.
—me parece bien, Munson —respondí sin importancia.
Cuando lo encontró debajo del cojín, encendió la gran televisión y abrió la app de música. Buscaba algo en inglés, la conocía perfectamente, pero no sabia que a él le gustaba. Era algo de Beach House, «Once Twice Melody».
—Esa es buena, no sabía que te gustaba —dije con algo de emoción en mis palabras.
—Me gusta —cerró los ojos y asintió apretando los labios.
Bajó un poco el volumen y se sentó a mi lado, muy pegado a mí cuerpo, suspiró y miró la pantalla, leía la letra o eso pretendía hacer.
—Toma y toma —Robin nos ofreció las botellas frías antes de dar un trago a otra.
Los tres nos quedamos en silencio mientras la canción sonaba, mi mirada se dirigió a diferentes partes de la gran habitación, veía la decoración y el polvo que había encima del gran librero.
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Cuál De Los Dos | Eddie Munson | Robin Buckley | OneShot +18 ✅
FanficUna chica de dieciocho enamorada de un par de grandes amigos, hermosos, divertidos e igual de atrevidos. Desea poder resistirse, pero le es difícil luchar contra sus ganas. No sabe con cuál de los dos quedarse, ambos gatean por ella, serían capaces...