Una tarde contigo

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Narra Junna

Últimamente los días van siendo más tranquilos de lo habitual, no hay mucho alboroto y la mayor parte de las tardes son de jugar y jugar con mis compañeras. Es como si fuera un bucle sin final, pero del que nunca podría molestarme o enojarme, hace poco tuve una conversación con Nana y fue tan amena que simplemente no puedo creer la manera en que ella y yo nos entendemos tan bien. ¿Será algo especial acaso? No lo sé, eso quiero pensar.

Pero entonces, esa tarde ocurrió algo diferente a lo normal.

Junna se encontraba saliendo de su habitación, hasta que escuchó unos acelerados pasos acercarse amenazantes, al voltear a su dirección, encontro a una agitada Nana, llegando al marco de la puerta, e hiperventilando miró a la peliciruela con su característica sonrisa. — ¡Junna-chan! Te estaba buscando, ah... ¿Tienes tiempo esta tarde? Digo, es sábado y eso..? — Nana ya más calmada se rasco la nuca, cómo si buscará las palabras para decir lo que quería correctamente, a lo que Junna respondió — ¿Quieres salir a alguna parte? Si es así o no, tengo tiempo de todas formas, el tiempo contigo pasa más rápido — Nana al escuchar la última frase, sus blancas mejillas subieron a un color rojizo bastante leve, haciendo que sonriera nerviosamente, de la misma forma respondió — Sí, bueno, eso estaría bien... Aparte quiero algunas fotos lindas, así que podríamos dar un paseo por tooooda la ciudad, y así encontrar buenos ángulos... ¡Y muy buenas fotos! — Nana al decir eso exclamó bastante, mientras sus orbes esmeralda brillaban de una manera bastante cálida y linda, como una niña pequeña, a lo que Junna río un poco y siguió con lo suyo, después de todo apenas era la mañana.

La tarde pasó volando para Junna, pero no para Nana, la cual se mantuvo todo el día ansiosa, al llegar el momento de salir, llevaba una cámara amarilla consigo, ya estaba completamente arreglada para su salida con Junna.
— ¡Junna-chan! ¿Estás lista? Ya debemos salir... — Exclamó la rubia buscando a la contraria, encontrándole en su ropa informal y con unos lentes diferentes, después de todo Junna usaba lentes diferentes para todo. Nana al verle así, arreglada sintió como sus mejillas nuevamente tornaban un color rojizo, preocupando un poco a Junna — ¿Estás bien, Nana? Tus mejillas están rojas, a ver, acércate — La peliciruela se acercó a la más alta, para pegar sus frentes, pero aparentemente no pasaba nada, así que se alejó — Estás bien, si te sientes mal me dices, ¿Ok? Vámonos — Dijo Junna con una gran sonrisa, a lo que Nana solo pudo asentir, estaba petrificada por haber estado tan cerca de Junna.

— Eh... Sí, si, ya voy... — La rubia simplemente pudo sonreír nerviosamente mientras el carmín de sus porcelana mejillas desaparecía, empezando a caminar fuera de la habitación, luego saliendo de la casa y eventualmente, la residencia. — Hace buen tiempo, ¿No crees? Este verano da para salir de picnic con todas — Mencionó la peliciruela, con una voz calmada y un tono suave, mientras tanto Nana no podía dejar de admirar la belleza de su acompañante, mirándole directamente y Aveces por el rabillo del ojo, tanto así que en un momento dado, Junna estira de su ropa para evitar que choque con un poste. — ¡Hey! ¡Presta más atención! Eso pudo ser muy peligroso... ¿Pasa algo acaso? — Dijo Junna, mirando confundida y preocupada a la Banana, con esos orbes verdes tan hermosos.
— N-No es nada, perdona... Solo, estoy algo distraída, ¡Wow, mira, la fuente hace efectos arcoiris con el sol — Pasaban frente a un pequeño parque, en la fuente como Nana menciono por la luz y el agua hacia el efecto de arcoiris —Es verdad... ¿Lo vemos más de cerca? — Nana nisiquiera respondió, como si fuera automático se acercó a la fuente y la miró, tomando Rápidamente la cámara colgando en su cuello para tomar una buena foto de la misma — Listo... ¿Puedes acercarte un poco más? — Junna algo desconcertada por su pregunta se acercó a la fuente, y Nana rápidamente se alejó para tomar una foto lo más rápido que pudo. Afortunadamente gracias a su suerte, se coordinó con el agua y el arcoiris, haciendo una toma de la peliciruela con un rostro ligeramente desconcertada y la fuente — ¡SÍ! ¡ESTÁ ES UNA BUENA FOTO! Cielos... Tengo que sacarla nada más este en mi habitación... —

Junna simplemente sonrió y se acercó a Nana para darle algunas palmadas en su espalda y seguir caminando, Nana embobada con su nueva foto y la hermosa toma que ahora vivía por siempre en su cabeza, luego de un rato terminarían siendo llevadas por el paseo al centro comercial — Mhm... ¿Cómo llegamos aquí? Recuerdo haber ido en dirección a la torre de Tokyo... Bueno eso no importa mientras estemos juntas — Nana escucho atentamente todo, pero al oír el final rápidamente su rostro volvió a tornarse de un bello color rojizo, rascando su nuca y riendo muy nerviosa
— Bueno, podría decir lo mismo... ¿Quieres que entremos a probar algo de ropa y comer algo? — propuso la rubia, a lo que la más baja simplemente sonrió amablemente y asintió, ambas entraron juntas al lugar en cuestión.

Pasarían un rato probandose ropa y eventualmente comprando un par de prendas, en lo que Nana aprovechaba para tomar fotos de Junna y de ambas, aunque más que nada de Junna, luego de comer saldrían juntas del lugar con un par de bolsas.

— ¡Aahhh~! Cielos, eso fue muy divertido... ¿A dónde deberíamos ir ahora, Junna-chan? — La joven de lentes ajustó los mismos, luego simplemente suspiró de alivio y tomo sin previo aviso la mano de Nana para empezar a caminar de regreso — ¿Mhm? Siento que no importa tanto, podemos simplemente dar un paseo por otro lado de nuevo... — Junna de la nada empezó a actuar extraño, y Nana al sentir sus manos enlazarse rápidamente a su rostro volvió a subir el mismo color rojo, mirando nerviosamente las manos juntas y luego a Junna, así sucesivamente — ¡¿J-JUNNA-CHAN!? — Al ver su reacción la peliciruela empezó a reír y luego se echó a correr un poco mientras carcajeaba — ¡Jajaja! ¡No te preocupes, sé que querías hacerlo desde que salimos! ¡Vamos, corre Nana! — Entre aquellas risas Nana perdió el miedo y nerviosismo, sonriendo plenamente por un momento, mientras empezaba a reír y nuevamente, tomaba una hermosa foto de Junna corriendo mientras reía, con los ojos cerrados ligeramente y tomando su mano libre, foto que probablemente Nana guardaría para siempre en su gran corazón lleno de amor.

"Tus fotos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora