Los lentes perdidos

5 0 0
                                    


Narra Junna

A pesar de que tengo más lentes de los que me gustaría, es normal que lleve mi tiempo en encontrar los que sean escenciales para el momento exacto.

Con normalidad pierdo los lentes, y no es por despiste o por olvidar dónde los dejo, simplemente los pierdo y no los veo hasta unas horas después de nuevo en su respectivo estuche, completamente limpios y hasta reluciendo. Incluso aunque les haya dado cierto uso con anterioridad, cuando los vuelvo a encontrar, están tan impecables como si fueran nuevos.

Ya van varias veces que esto ocurre y no estoy del todo segura del por qué es así, ¿Es una clase de paradoja? ¿Hay algún tipo de duende limpia lentes en la residencia? Era imposible, esas cosas eran de cuentos para niños... Entonces, ¿Cuál era la respuesta?

Un buen día soleado, luego de regresar de un paseo, dejé mis lentes en el mueble de noche que hay al lado de la cama. Decidí tomar una pequeña siesta, después volvería a estudiar, pues era sábado, y normalmente los sábados y los domingos mi agenda era más asertiva con los descansos.

Al cerrar los ojos y suspirar, pasando lentamente los minutos con los ojos cerrados un distintivo sonido llegó a mis oídos adormilados, era la puerta... Y aunque quise abrir los ojos, no pude ver más que una oscura figura cirniendose sobre mi por lo menos por 30 segundos, justo antes de alejarse y desvanecerse.

Momentos después abrí los ojos sudando frío, ¿Que había pasado? Miré en busca de la figura por todos lados pero no había nada alrededor... Y cuando busqué mis lentes... No estaban.

"¿Eh? ¿No estaban? Pero yo los dejé aquí..." Fue lo que pensé, mientras tallaba mis ojos, levantándome a duras penas de la cama, en busca de las gafas, sin ningún tipo de éxito...
Quizá habían caído y no me di cuenta, tal vez habían caído mientras venía... Eso era imposible, los tuve puestos hasta después de entrar a la habitación compartida con Nana... Nana... ¿Dónde estaba Nana?

La busqué alrededor de la habitación pero no encontré más que a mí propia soledad y la ausencia de mis gafas. Con dificultad saqué los estuches de mis otros lentes llevándome la ingrata sorpresa...

— ¿CÓMO ES ÉSTO POSIBLE? ¿DONDE ESTÁN? —
Mis lentes inevitablemente habían desaparecido por completo... No había ningún par en ninguno de los estuches, definitivamente estaba ante un inmundo hurto de mis pertenencias... Pero... ¿Lentes? ¿Quien quisiera robar mis lentes? ¿Era esto una jodida broma? Si era así no hacía ni un mínimo de gracia para nada.

— Esa idiota me las va a pagar... —
Refunfuñe furiosa, además de que iba literalmente a ciegas a todos lados, no tenía sentido el querer robar unos lentes... Unos simples e inútiles lentes para alguien que no tiene mi misma discapacidad visual.
Salí decidida de la habitación, veía borroso y con la vista ciertamente encerrada, no veía para nada, pero debía buscar algún tipo de ayuda... ¡No había ni un alma en los pasillos! Probablemente por ser sábado todas estaban fuera de compras o pasando el rato en el parque, paseando quizá...

Ahora sí que estaba en la misma mierda, ¿Que debía hacer ahora? Piensa Junna, piensa...

Mientras vagaba a ciegas, escuché el tarareo de una dulce voz que fácilmente reconocía... ¡Era la voz de Nana! ¡Ella estaba aquí! Ella me podría ayudar sin duda. Con cuidado y a paso lento y silencioso me acerque al sofá que había en la sala de la residencia, guiada por el sonido de la voz de la mujer rubia.

Al llegar antes de que yo pudiera hablar, ella lo hizo.
— ¡Bien! Otro par reluciente y limpio para Junna-chan, sigamos con el resto... —
¿Para mí? ¿De que estaba hablando? Con cuidado de no tocar su figura, intenté extender mi mano hasta uno de las cosas que Nana parecía apilar a su lado, tomando con éxito sin llamar su atención el objeto...
¡Era uno de los pares de lentes que yo tenía! ¡Ella verdaderamente los había estado sacando para limpiarlos! Después de posicionarlos en mi rostro y parpadear, mi vista logro finalmente expandirse, viendo a la rubia...
— Ejem... Nana, ¿Tienes algo que explicarme? —
La rubia se exaltó y volteó enseguida, había sido atrapada con las manos en la masa... Ya no le quedaba más opción...
— ¡J-Junna-chan! V-Veras yo... Solo quería ayudarte un poco, normalmente te quedabas de que por tener la agenda tan llena, olvidabas de limpiar tus lentes que no estaban en uso con regularidad... Así que pensé que podría ayudarte así... —

Así que eso era todo... Vaya, Nana de verdad era un pan de dios, definitivamente no merecía para nada el cariño y amor de ella.
— Bien por lo menos déjame ayudarte... ¿Si? —
Le dije, a lo que me sonrió y juntas, continuamos arreglando mis lentes hasta terminarlos por completo hoy...

— ¿Te puedo tomar una foto? —
Nana pregunto luego de terminar, yo solo le sonreí y ella posteriormente me tomó la foto que buscaba... Quizá  nunca alcance a entender la razón del por qué siempre quería tomar fotos cuando estoy yo con ella...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"Tus fotos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora