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01_ Nagireo

Donde Reo quiere llevar a Nagi a todos sus lugares favoritos de pequeño.

Donde a Nagi le gusta tomar fotografías de los lugares a donde va junto a Reo. 

Aquel viernes luego de sus clases matutinas. Reo estaba decidido a invitar a su novio a dar un paseo, aunque sabía que este se iba a negar por el hecho de odiar cualquier esfuerzo luego de un largo viernes de clases. Después de todo Nagi era la típica persona que lo único que deseaba era que termine la semana para poder dormir todo el día sábado y domingo. Pero al parecer el de cabello blanquecino estaba de humor o quería complacer a su adorado novio. Ya que sorprendentemente acepto sin reprochar "sobre no querer esforzarse en tener que caminar" algo que solía hacer cuando el de cabellos morados le proponía ir a una cita, aunque de igual manera terminaba aceptando ir. Reo solo podía pensar en que le había pasado a su novio para que este así, probablemente había salido un nuevo juego que alcanzó a comprar o había logrado sacar un artículo único en su juego favorito, sea cual sea la razón no la reprocharía con tal de pasar tiempo de calidad con su pareja.

Reo se encontraba alistándose, mientras su novio se encontraba en la cama con su celular. El albino se había vestido con la ropa que había dejado con anterioridad en la mansión Mikage. A palabras de Reo esto era para que el albino no tenga que ir por prendas cuando desee quedarse en su hogar, lo mismo pasaba con el de cabellos morados que poseía algunas prendas en el hogar del albino. El pelimorado al terminar aquella acción, toca levemente el hombro del albino para llamar su atención. El albino alza su cabeza mientras perezosamente se paró del cómodo colchón que posee su novio. Se limita a tomar su morral donde llevaría su objeto más valioso, este era su amado celular y un cargador portátil, porque no podía permitirse que su amado celular se muera en medio camino. Eso no podría pasar en bajo ninguna situación.

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¿A dónde iban con exactitud? 

No tenía ni más mínima idea, pero no iba a refutar nada. El paisaje se veía bonito, Reo se había ofrecido a llevarlo a la espalda cuando se cansara de caminar y eso estaba haciendo ahora. El paisaje era lindo y los tonos del cielo que se ponían naranjas y rojos eran hermosos con lo que veía ahora. Ver los cabellos de su novio meciéndose con el viento mientras se iban acercando a su destino el cual era un campo de lavandas iguales al color de ojos de Reo. Al albino se le hizo inevitable buscar en sus aplicaciones la cámara y capturar dicho momento, una foto de ese hermoso lugar no vendría mal. Tomarle fotos a los lugares donde iba con Reo se había vuelto algo común en sus salidas. Nagi no quería olvidar dichos lugares, pero su mente no era tan buena; por ello optaba por capturar esos momentos en su celular, puede que su memoria del celular este por explotar de tantas fotos tomadas, pero estas prevalecerían y otras fotos como de sus triunfos en su videojuego favorito serían las víctimas. 

Aquel lugar era lindo, tenía algunos tonos morados, unos más sobresalientes que otros, pero igualmente hermosos, tal vez por las flores lavanda que se encontraban esparcidas por dicho lugar. 

- Recuerdo que cuando era pequeño mis padres me dejaban al cuidado de la señora Ba-ya_ dijo Reo de repente logrando llamar mi atención- Un día le dije a ella que me llevara a un lindo lugar y me trajo a este lugar, sus palabras fueron que aquellas lavandas tenían el color de mis ojos y quería que las vea_ continuo con una mirada perdida en las lavandas. Ba-ya tenía toda la razón las lavandas se parecían a los ojos de Reo, pero no menciono que su cabello también tenía aquel color- ¿Sabías que a la señora Ba-ya le gusta plantar flores? Ella es de las principales para que el jardín de mi hogar este como esta, debías llevar un día a Choki con ella para así poder hacer crecer más cactus.

- Me parece una gran idea, tal vez la próxima vez que valla llevé a Choki_ dije mientras fijaba mi mirada a dónde estaba la de Reo. - Sabes la Señora Ba-ya tiene toda la razón. Estas lavandas se parecen a tus ojos. Son hermosas. Gracias por traerme a este lugar. _ dije mientras le tocaba el hombro a Reo, está era la señal que teníamos para cuando quería bajarme de su espalda. Él acato mi orden y me bajó, me puse a su costado y volví a sacar una foto de dicho lugar, él me miró confundido.

- ¿Te gusta sacar fotos, Nagi?_ dijo Reo a lo que negué. - ¿Entonces porque tomaste una foto?

- No suelo tomar fotos con frecuencia, pero tampoco las detesto del todo. Siento que las fotos son una forma de recordar un lugar sin tener que esforzar mi mente. _ dije para luego mostrar la foto que acababa de ser capturada- Uso este método algunas veces, usualmente cuando salimos, no me gusta olvidar todas nuestras salidas y optó por este método.

- Si es así entonces debes tener fotos de ambos_ dijo Reo a lo que negué, la verdad es que nunca había tomado una foto donde saliéramos Reo y yo, más por el hecho de no querer aparecer en dichas fotos. - Eh!  ¿Pero por qué no?

- No me gusta mucho hacer fotos donde aparezca, tener que poner una cara bonita para que la foto no se arruiné es molesto. _ dije mientras regresaba mi mirada al celular. - Si quieres al llegar te envío la foto del campo. _ dije antes de sentir un peso en mi hombro. Era el brazo de Reo que se había vuelto en mí, Reo tenía una cara sonriente y su celular en mano mientras le sonreía a la cámara. Me dijo que mirara a arriba y eso hice, en cuanto alce mi mirada Reo presionó aquel botón y la cámara capturó aquel momento. Luego de eso Reo me mostro el resultado, éramos nosotros y de fondo se encontraba el campo de lavandas, la foto más hermosa que podía tener sin lugar a dudas era aquella.

- No te preocupes, no la voy a publicar en ningún lugar, está foto será algo que solo nosotros veamos. _ dijo para seguir viendo el paisaje. Sin duda Reo me conoce bien, él supo que no quería que nadie más que nosotros vieran aquella foto y me prometió aquello.

- Reo..._ Reo volteo a verme- Te amo.

- Yo también te amo Nagi_ dijo Reo para luego posar sus labios en los míos.

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Aquel campo de lavandas no sólo permaneció en aquella selfie que compartí con Reo o en las fotografías previas a esta. Ahora aquel campo no solo ocupo memoria en mi teléfono, también lo ocupo en mi mente. Después de todo Reo tiene el color de ojos como aquellas bellas lavandas.

Aquella selfie quedó grabada en mi mente, fue la puerta a una hermosa tradición que Reo y yo poseemos, a partir de este día cada vez que salimos nos tomamos una foto juntos.
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¿Qué les pareció?

Tenía altas ganas de escribir de ellos en un campo de lavandas. Díganme si hay algún dibujo de ellos en aquel contexto o si alguien lo desea dibujar me podría etiquetar. El fin primer día finalizado, este capítulo lo iba a publicar ayer, pero se me fue el tiempo.

Los quiero muchas gracias por ver 🌸