Parte 2

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Takina comenzó a quitarse las prendas que llevaba encima.

Alejandro: ¿Qué haces? – dijo de forma desconfiada.

Bina: Para curar a tu padre debo estar cómoda y con este ropa que para lugares extremada fría no puedo, además hace calor ¿ok?, y no me voy a desnudar. -dijo quedando solo con una camisa sin mangas.

Ya estando cómoda se acercó a Cebastian, reviso su pulso y acerco su oído a su corazón.

Takina: Esta lentamente muriendo. – dijo como si fuera algo tan normal, mientras que los Bristol estaban asustados. – necesito una escama de dragón, el pétalo de rosa jazmín, una lágrima de la persona que lo ama. – se acerco a esta y con un pequeño fresquito que saco del bolsillo de su pantalón tomo las lagrimas de la reina la cual lloraba al saber que su esposo estaba muriendo. – y un cabello del heredero. – se acercó a Alejandro y le arranco un pelito sacándole un gritito de sorpresa al escuchar eso sonrió debajo del barbijo con malicia. – ya escucharon lo que pedí y no se han apurado en ir a ver las cosas. -dijo viendo a las curanderas las cuales la vieron con el ceño fruncido. – si me siguen mirando así...haré que las ahorquen. – dijo un poco enojada con las curanderas las cuales desde que llego la vieron como si fueran superiores, sonrió al ver que estas se iban de forma rápida y con una cara de miedo y como no iban a estar así si la reina estaba viéndolas con el ceño fruncido.

Después de que las señoras se fueran madre e hijo vieron como la chica sacaba una aguja de su bolsillo de pantalón y volvía a meter la mano para sacar una botellita la cual abrió bajo su barbijo y se tomo un trago para después alzar de nuevo el barbijo, el olor llego a la nariz de los demás presentes y supieron que era alcohol.

Melania: Pensé que habías dejado de tomar.

Takina: eje. -se giro riendo bajo y se rasco un poco la cabeza, con la aguja en la mano. – pues que te digo.

Melania: ha. -suspiro. - ¿Qué vas a hacer con la aguja?

Takina: Esto. -se acerco al cuerpo dormido de Cebastian y puso la aguja en el pecho de este. – Esperen. -dijo al ver como madre e hijo querían acercarse a quitar la aguja, estos la vieron y Melania se hizo para atrás dando así su total confianza a la otra mujer, Alejandro hizo la misma acción que su madre al ver que esta confiaba en la chica, Takina al ver esto se sentó en una silla que estaba cerca bajo su barbijo y tomo otro trago como si nada hubiera pasado, los dos Bristol estaban muriendo al no saber porque la chica puso la aguja en el pecho de Cebastian. -traigan un balde. -al decir eso Melania vio a su hijo el cual fue a ver lo pedido.

<<Después de un rato>>

Melania y Alejandro veían a Cebastian con esa aguja en el pecho, parecía que no respiraba, iban a decirle algo a la chica hasta que Cebastian tosió y la chica con tranquilidad se acerco con el balde que había pedido con anticipación, Takina se acercó y le quito la aguja del pecho a Cebastian haciendo que este se girara para vomitar. Takina vio el cuello de Cebastian y sonrió.

Takina: Ya saco lo necesario. -dijo sonriendo. - ¿Dónde estarán esas tipas? -dijo con algo de disgusto.

Melania: ¿Qué hiciste? -dijo acercándose a su esposo.

Takina: Saque el veneno que había dentro de su sistema... si no lo sacaba se moriría mas rápido, aunque este hacía que el dolor no fuera tan presente porque ya hubiera soltado un chillido de dolor.

Alejandro: ¿Veneno?... pero ¿de dónde?... ¿No que solo es una enfermedad?

Takina: Si, pero una de esas curanderas lo estuvo envenenando...- eso enojo a la mujer y al hijo de esta al saber que a las personas que le confiaron la vida del rey hayan roto esa confianza tratado de matarlo. -tranquilos descubriré quien fue...- dijo con calma y algo de desinterés, pero con amabilidad.

Unas 2 horas pasaron y las curanderas regresaron tranquilas, conversaban mientras llevaban las cosas en las manos, excepto la lagrima de la reina. Cebastian no se había levantado después de lo que paso, ante esto la reina le pregunto si estaba bien a lo que Takina dijo que estaba todo bien, mientras esperaban ella que toda valla bien.

Takina: Hasta que llegan...-dijo tomando un trago de su envase y vio a las curanderas. – tres curanderas un envenenador... ¿Cuál será la envenenadora? – eso las tenso. – las escamas de dragón junto con una lagrima de amor mataría a quien fuera. -dijo cerca de una de las curanderas y tomo la escama de dragón. – porque algo duro y rocoso no serviría al juntarse con algo que fue dado con amor o tristeza. - guardo la escama en el bolsillo de su pantalón. - ahora un pétalo de jazmín serviría, pero si se tarda en llevar al lugar donde quieres se puede volver venenoso si lo juntas con una escama de dragón... -vio a las curanderas seria. – y como vi que venían tranquilas supe que lo sabían, si quisieran curar a su rey hubieran venido rápido no 2 horas después... además porque sé que Melania le da lo esencial a sus curanderos y magos, ademas se que entre esas cosas hay escamas de dragón... también se que por aquí hay muchas rosas de jazmín no es tan difícil encontrar una. -volvió a tomar otro trago de su envase.

Todos estaban en silencio y las tres curanderas temblaban de miedo y coraje ya que la chica las había delatado.

Takina: Y como ya creo que saben para donde voy y por si acaso no saben a donde quiero llegar... lo que quiero decir es que las tres han estado envenenando al rey. -dijo con calma como si lo que hubiera dicho no fuera malo.

Melania estaba furiosa, las tres curanderas habían sido las envenenadoras de su esposo y ella que le había confiado la vida de este.

Melania: ¡Guardias! -grito y dos guardias entraron a la habitación. - Enciérrelas y no le den nada de comer a ninguna de esas traidoras ya después pensare en su castigo.

Los guardias hicieron caso y tomaron a las tres curanderas las cuales gritaban y lloraban para que las dejaran libres. 

Después de escuchar suplicas de piedad, la reina pregunto.

Melania: ¿Qué harás?

Takina: El veneno ya esta fuera, para curarlo de la enfermedad por la cual vine, necesito una lagrima de sirena la cual tengo en mi bolso y una lagrima suya. -Melania asintió de acuerdo con lo que decía. – bueno es hora de hacer magia. – cerro los ojos y extendió las manos, las cuales quedaron encima del pecho del rey y de estas salió un brillo verde.

Alejandro: Vieja vas a confiar en ella... acabamos de sacar a tres de las mejores curanderas en las cuales confiamos la vida de mi padre... piensas confiarle la vida de mi padre a alguien que yo no conozco. -dijo dudando de la coherencia de su madre.

Melania: Exacto Alejandro tu no la conoces. - vio a Alejandro y este noto cierto brillo en su mirar el cual le demostró que ella confiaba en la chica, ese brillo en los ojos de su madre jamás lo vio cuando hablo con las curanderas. -yo la conozco desde hace mucho... y confió en ella.

La historia de nuestro amor perdidoWhere stories live. Discover now