El se acerco de nuevo a ella, tomo una de sus piernas la coloco encima de su hombro y comenzó a alinear su miembro dentro de la entrada de la chica, comenzó a entrar la cabeza de su pene sacando un pequeño jadeo a la chica, al escuchar eso no pudo seguir teniendo control y sin previo aviso entro por completo.
Melania al sentir la entrada de todo el miembro de su amado agarro las sabanas apretándolas con toda su fuerza soltando un sonoro gemido, sintió como su amado comenzó a dar embestidas con fuerza haciendo que ella gima sin control al sentir un gran placer dado por las embestidas de aquel hombre que tanto deseaba que la tocara de esa forma.
Cebastian puso sus brazos a los costados de la cabeza de ella viendo como un pequeño hilo de saliva salia de la boca de esta mientras gemía sin control alguno, subió la intensidad golpeando un punto sensible haciendo que lo ojos cerrados de ella se abrieran y arqueara la espalda soltando mas gemidos.
El hizo que ella enredara sus piernas en la cintura de el, la velocidad y la fuerza de las embestidas de fuertes y rápidas, cualquiera que se acercara a la habitación podría escuchar sonoros gemidos y un constante choque de pieles.
El interior de Melania apretó el miembro de Cebastian dando a entender que llegaría a su orgasmo, el al saber esto dio unas ultimas embestidas para al fin terminar de correrse junto a su amada.
Se acostaron abrazados bajo las sabanas, se dieron un ultimo beso demostrando su amor para después caer dormidos.
<<Al día siguiente>>
Se podía ver a una Melania en su cama aun dormida siendo tapada por las sabanas, Cebastian estaba despierto admirando la belleza de aquella mujer a la cual juro lealtad para toda la vida.
Cebastian: Si alguien me hubiera dicho hacer mucho tiempo que una hermosa mujer estaría a mi lado les hubiera dicho que es mentira, pero el destino es tan maravilloso que me trajo una hermosa dama a mi lado. -tocaba su largo cabello negro para después besar su cabeza y recordó lo que le dijo hace mucho tiempo. -"por mas gobernante que sea de todas estas tierras se que quien me gobernaría serias tu y si soy sincero no me molesta mucho" lo gracioso es que inclusive después de eso no me molesta que mandes.
<<En el comedor>>
Alejandro: "¿Porque mi madre aun no viene a comer? ¿Que estará haciendo? Voy a ir a verla.
Takina: Yo de ti no iría. -dijo al ver que se iba a levantar.
Alejandro: ¿Porque?
Takina: Porque puede estar ocupada teniendo intimidad con tu padre.
Cebastian: No lo creo, mi papa estaba muy mal ayer y si pudiera no duraría mucho tiempo.
Takina: En realidad si puede, en la noche le di algo para ayudar en su estado físico y ademas creo que inclusive antes de enfermar tu madre dice que se podría considerar como un gran amante, dura casi toda una noche.
Alejandro: No quería saber eso.
Se sentó a comer su desayuno en silencio.
Después de desayunar acompaño a Takina a su habitación al querer preguntarle algo en privado. Todo estaba tranquilo, no había ningún grito o pelea departe de Melania y Alejandro.
Para la servidumbre era raro esa tranquilidad, pero no iban a negar que esa tranquilidad era fantástica, arreglaron, limpiaron y cocinaron con mucha mas emoción al saber que su rey estaba mejor.
Los reyes estaban en su habitación mientras que Alejandro seguía en la habitación de Takina, dos sirvientas fueron a avisar a las dos habitaciones para que bajen a comer.
Al llegar frente al cuarto de Takina, toco la puerta y recibió un pase, al entrar encontró a Takina riendo a carcajadas mientras veía Alejandro todo rasguñado con un pequeño dragón encima de su cabeza.
Sirvienta: Señores la comida ya esta lista. -mientras decía eso veía hacia el piso, porque al resivir la mirada de las dos personas dentro del cuarto vio el pecho descubierto de Alejandro el cual tenia rasguños y mordidas y estaba un poco sonrojado, al no haber visto al dragón por desviar la mirada rápido creyó haber interrumpido algo.
Takina: Si gracias, ya bajamos.
La chica asintió y se retiro algo sonrojada
Takina: Creo que pensó que habías echo algo indebido.
Alejandro: Si.
<Minutos antes>
Takina y Alejandro hablaban, ella respondía las preguntas que Alejandro le hacia referente a la enfermedad de su padre. En un momento dado Alejandro por querer sentarse en una de las sillas del cuarto se fue sentando encima del bolso de Takina, se levanto apresurado no solo por haberse sentado encima del bolso si no que también sintió algo caliente, del bolso salio el pequeño dragoncito el cual salio para atacar al pelinegro, le comenzó a morder, rasguñar y en medio de ese pequeño ataque le fue abriendo la camisa.
Mientras el trataba de alejar al pequeño dragón; Takina se reía a carcajadas mientras intentaba separar al dragón.
<Tiempo actual>
Takina: Fue muy divertido. -dijo viendo al dragón que estaba acostado encima de la cabeza de Alejandro.
Alejandro: Si claro.
Takina: Vamos a comer.
<Con los reyes>
Ya les habían avisado a los reyes para que bajaran a comer, ellos agradecieron por el aviso y decidieron darse un largo baño antes de bajar.
Al bajar al comedor vieron a Takina y su hijo el cual tenia los brazos rasguñados. Tenia el ceño fruncido y Takina se reía mientras metía un bocado de comida a su boca.
Se sentaron a comer entre charlas y risas, Takina le contó a los reyes como su hijo termino rasguñado y ellos también se rieron mientras su hijo soltaba un pequeño gruñido de coraje.
Terminaron de comer, Cebastian fue con Melania a ponerse al día de lo que a pasado con el reino, Alejandro fue a ver como estaban yendo los entrenamientos, Takina fue a ver una rosa la cual vio que estaba alrededor de todas las personas a las cuales revisaba y estaban enfermas, lo cual se le hizo curioso, pidió permiso para utilizar el lugar de estudio de magos que estaban en aquel castillo para poder estudiar aquella planta.
Al ya estar en aquel lugar para poder estudiar aquella flor recordó que uno de sus pacientes no tenia esa flor al rededor de su caza, pero siempre pasaba por un camino que tenia esas flores.
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La historia de nuestro amor perdido
FantasyEsta es la historia de dos personas las cuales, pelearan para poder estar juntas sin nadie que los separe, ademas de la misma muerte.