Matrimonio de prueba

55

Los efectos secundarios de la droga para dormir no fueron tan malos como esperaba Tang Yu.

Se despertó muy rápido y lo primero que vio fue el rostro de Huo Jun. Estaban solos en la trastienda de la Exposición Antártica, y la puerta estaba bien cerrada.

"Miles... ¡¿Qué le hiciste a Miles?!" Tang Yu trató de alejarlo con enojo, pero los efectos del éter la habían vuelto blanda y flácida.

Huo Jun sonrió miserablemente, abalanzándose sobre ella. Sujetó sus pechos con ambas manos y la empujó sobre la mesa.

No quiero matarlo. Sabes, esto es un oceanium. Es común que ocurran accidentes de seguridad aquí. Aunque nos dará una mala reputación, no es tan malo que alguien sea acusado de asesinato".

"¡No vayas demasiado lejos!"

"Si me dejas follarte, lo dejaré salir de inmediato y lo enviaré a un hospital".

Tang Yu lo miró con horror. ¿Cómo podía ser tan despreciable y desvergonzado como para amenazarla con la vida de Miles? ¿Qué podría hacer ella? ¿Podría ser... que ella realmente no tuvo más remedio que entregarse a ser arruinada por esta repugnante escoria?

Miles estaba en peligro, su vida se escapaba lentamente.

Huo Jun no podía esperar para quitarse los pantalones. Sabía que ella estaría de acuerdo, y pronto, comenzaría a rogar misericordia debajo de su cuerpo.

"¡Esperar!" Tang Yu lo miró fijamente. "¿Cómo sabría si cumples tu promesa y lo dejas salir? ¡Quiero verlo sano y salvo con mis propios ojos!"

"No tienes derecho a negociar conmigo".

"Depende, ¿quieres que yo tome la iniciativa...?"

Huo Jun fue tentado por las palabras de Tang Yu. En el pasado, Tang Yu nunca había sido amable con él. Siempre había sido fría y despiadada. Si ella estaba dispuesta a tomar la iniciativa, su voz definitivamente sonaría como el cielo en sus oídos.

Sacó su teléfono y abrió la interfaz del sistema de vigilancia de la empresa. Le mostró la pantalla de vigilancia de la exhibición antártica.

Sin embargo, algo inesperado había sucedido. En la pantalla de vigilancia, los tres raros osos polares yacían en el suelo inmóviles, con los ojos sin vida. Huo Jun cambió las pantallas con incredulidad. ¡Miles no estaba por ningún lado!

¡Estallido!

Después de confirmar que Miles había escapado, Tang Yu agarró un extintor de incendios y lo estrelló contra la cabeza de Huo Jun. Como tenía miedo de que lo matara, no usó mucha fuerza. Solo lo suficiente para ponerlo en un estado en el que no podía ponerse de pie.

Tiró el extintor antes de abrir la puerta de la trastienda para escapar.

Huo Jun soportó el dolor mientras la perseguía.

Para ahorrar espacio, se conectaron todas las trastiendas de los lugares cercanos en el oceanium.

Tang Yu corrió hacia adelante sin mirar atrás. No tenía ni idea de a dónde iba, y solo podía esperar salir de este maldito lugar lo antes posible para encontrar a Miles.

Miles, mientras tanto, ya había entrado en la trastienda. Caminó sin rumbo fijo, incapaz de encontrar rastros de Huo Jun o Tang Yu.

Estaba extremadamente ansioso. No había ningún sistema de vigilancia en las trastiendas. ¿Cómo podría encontrarla?

La señal...

Llamó a Tang Yu, rezando para que ella contestara.

"¡Millas!" Ella respondió a su llamada sorprendida.

"Xiao Yu, no tengas miedo. Voy por ti.

"No sé dónde estoy".

"Está bien. Sigue hablando. Ya voy."

Tang Yu estaba lleno de alegría. Quería encontrar un lugar para esconderse, pero el diseño hacía que fuera demasiado fácil localizarla.

Los pasos de Huo Jun se podían escuchar vagamente. Conocía demasiado bien el diseño y había sido capaz de adivinar dónde estaba ella.

Ella no podía parar. Ella siguió corriendo hacia adelante.

millas

Deseaba que Miles apareciera de repente frente a ella.

El sonido de pasos siguiéndola de repente desapareció.

Tang Yu se detuvo mientras se preguntaba si Huo Jun se había rendido.

Ella aguzó los oídos en un intento de escuchar con atención.

La voz de Miles vino del otro lado del teléfono, "¿Xiao Yu?"

"Huo Jun parece haberse ido a otro lado", susurró Tang Yu.

"Entiendo. Espérame."

Examinó el diseño de la habitación. Parecía estar en un cuarto de basura, con algunos túneles de metal profundos que conducían a lugares desconocidos.

Se escondió debajo de la mesa nerviosa. Aunque sabía que esconderse allí era inútil, no había una fuente alternativa de cobertura en la habitación.

Al menos esconderse debajo de la mesa le dio una sensación de seguridad.

'Miles, por favor date prisa...'

Tang Yu respiró en su palma para calentar sus dedos fríos.

Después de cinco minutos, se escuchó el sonido de pasos fuera de la puerta.

¡El corazón de Tang Yu se iluminó con un rayo de esperanza!

Nunca había sido tan feliz.

La puerta se abrió y aparecieron un par de botas de cuero negro.

Ella levantó la vista de debajo de la mesa. Exactamente en ese momento, el rayo de esperanza se convirtió en un rayo de desesperación cuando su rostro perdió todo su color.

¡Era Huo Jun!

¡Huo Jun la había encontrado primero!