𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 2

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— Hay que limpiar este cochinero. — Comento Mariana al sujeta una botella de licor medio vacía, observarla y métela en la bolsa junto con los demás desperdicios que conseguía en la habitación. Roier no hizo el intento de responde por lo que el de lentes bufo.

Por lo que sabía a medias su amigo arácnido le había sucedido muchos eventos durante los dias dónde él tuvo casi ausentarse. Entre ellos la presencia de Spreen para rogarle su perdón, lo que llevaría a Roier al dejarle las cosas claras dónde aceptaba su disculpa y que entre ellos nada cambiaría aunque para Spreen eso no lo convencía, razón que ahora por desgracia el castaño tenía alrededor al oso.

Una situación incómoda para Roier que por dentro sentía tanta impotencia como un indiscutible sentimiento de tristeza que si bien ocultaba bajo su indiferencia combinada con una amabilidad tan falsa que el Mariana le preocupaba.

Las cicatrices del pasado no puede ser remediadas ni menos ser olvidadas y es algo que el Spreen sabía.

Con respecto a Quackity, él si se sentía arrepentido por lo sucedido así que la disculpas por parte del híbrido pato no se hicieron espera, apareciendo enfrente del hogar de su compañero. Mariana se podía decir que presencio la escena y la curiosidad que le generaba, no intervino ni siquiera lanzo sus comentarios, tal vez por lo tenso del ambiente le provocó guarda silenció. Tampoco es como si duraron tanto, Roier repitió las misma palabras que uso con Spreen y bueno Quackity no convencido se lo creyó.

A estás alturas el de lentes creía que la única persona que no se llevó el odio de Roier sería Missa quién también le pidió disculpa por haberlo acusado y abandonado, el castaño no se lo pensó dos veces para recibirlo con un gran abrazo, diciéndole que no debía preocuparse provocando en el pequeño esqueleto una catarata de lágrimas y la repetición de muchas disculpas que el castaño trataba de Calmar.

Ya actualmente el Mariana tenía una idea clara de los planes de su amigo contra los dos chicos que lo traicionaron y el como buen amigo que es, se dispuso a ser su cómplice. Ahora el único inconveniente que él pensaba que tendría sería quitarse la sensación de ser observados o que cierto oso de pelaje blanco apareciera.

Con la última botella dentro de la bolsa está fue cerrada y arrojada a un lado de la habitación por el de lentes. Roier estaba vez se paró porque su estómago le pedía con ansias un poco de alimento y tanto él como Mariana bajaron al último piso. Missa no se encontraba presente en el lugar, esto porque el tenía que reunirse Fit.

— Men estoy tan casando que no me importaría dormir en el suelo. — Mariana se recostó en la mesa, una vez pudo sentarse. Desde muy temprano se había propuesto a limpiar el hogar del híbrido araña y si se esforzó para que todo quedará reluciente, se sentía orgulloso de su logro por lo que recibió como recompensa fueron un monto de comida junto con varias cosas que le sirvieran en su propio hogar.

Roier asintió a su comentario lo que dejó curioso al Mariana porque desde que llegó no había escuchado decir ni palabra el castaño y eso le extrañaba.

— Desde que llegué no te he escuchado hablar, ¿Seguro estás bien? — Le pregunto a Roier quien se quedó callado por un breve momento. Pensando en la forma más fácil de explicarle a su confiable amigo que sus sentidos se alterado al instante que bajaron, podía percibir por segundos una extraña sensación de inquietud. Tal vez solo estaba siendo paranoico, era imposible que alguien estuviera ahí si se aseguró que nadie esté presente cuando tenía que habla sobre su venganza.

— Nada. Estoy pensando en una forma de quitarme a Spreen de encima, siento que su presencia saca lo peor de mi. — Mintió pero una parte de lo que dijo era verdad. Spreen se volvió para él como una sombra que no podía quitarse y eso resultaba afectarle. — Mañana me reuniré con Vegetta.

— Tendrás a Spreen cerca eso complicará todo. Dudo que él quiera por voluntad alejarse de ti cuando lo que busca es tenerte de vuelta.

Se lo pensó llegado a la conclusión que sería difícil hacer sus movimientos con el oso revoloteando en su presencia. No quería está con él ni tenerlo cerca y no tenía muchas opciones.

— ¡Tengo un idea! — Dijo muy emocionado el Mariana al ocurrirle algo que podría beneficiar a Roier, el punto malo es que seguro no sería del agradado de mismo. Roier con ceja arqueada quedó confundido al verlo. — Debes volverte cercano a Spreen

El silencio los reino. Roier arrugó la cara con disgusto al oí la absurda idea, pensando que lo mejor era evitar lo que puede al oso hasta que esté se cansé. El de lentes lo detuvo al ver la intensión del castaño en darse la vuelta.

— ¡Cabron escúchame primero! — Le grito. — Spreen debe tener la leve sospecha que tú seguramente no te quedarás de brazos cruzados. No sería lo mejor que le hagas creer que todo volvió a la normalidad, ganando su confianza o yo que se a lo mejor cogen y al preciso instante lo cagamos con TNT.

Roier se lo penso al escuchar lo que dije, dudando si ese sería la mejor forma de poder hacer su venganza más satisfactoria. Aunque faltaba un detalle fundamental.

— Te faltó Quackity. — Le respondió y Mariana se quedó en blanco. — Si queremos que esto funciones necesito la presencia de ambos para hacerlo. No me sirve uno.

Le recalco dejando al pobre de lentes en las nubes, el castaño suspiro por el cansancio prefiriendo que lo mejor sería seguir con la idea que tenía en mente. Ir a dónde Vegetta y llegar a algo, importarle poco si Spreen lo atocigaba mañana.

 Simple obsesión | 𝗕𝗶𝗺𝗯𝗼𝗶𝗲𝗿 ; 𝗖𝘂𝗰𝘂𝗿𝗼𝗶𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora