2 de abril

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Recién leí lo que escribiste. Ambas cosas. Me dolió pensar en que estés cayendo en depresión. No quiero que lo hagas, menos por mí.
Por favor escribe las cartas que quieras escribir. Tal vez las lea un poco tarde, pero lo haré.

¿Recuerdas que te dije que iría a una boda? Fui. Me dormí en la mitad kahekka, pero fui.

Por la noche canté para los novios "compartir" no paré de pensar en ti. Sino lloré es porque fingir que soy fuerte es mi mayor virtud.

Por la tarde tocaron los mariachis y había un violinista. El sonido del violín era tuyo y el violinista eras tú.

Vi a alguien parecido a ti en el transporte público, pero desapareció tan pronto como lo vi. Tal vez estoy delirando.

Anoche estaba tratando de conciliar el sueño junto a Iza y mi cabeza se puso a pensar muchísimas cosas. Al final terminé con una revelación.

Desperté a Iza de la emoción y ella me escuchó aunque moría de sueño.

Grabó lo esencial de lo que dije.

Tal vez debería analizar más eso que pensé.

Justo ahora me llegó una notificación tuya de Instagram.

Hay tantas cosas que quisiera compartirte, pero escribir estas cartas para ti me hace sentir muy bien.

Cuando leí lo que escribiste no pude evitar el llanto. Lo siento. Te extraño tanto, Juan.

Siempre tuya, Vanessa.

Cartas a JuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora