Sintió gotas frías sobre su rostro, lentamente abrió con dificultad sus ojos, un ardor profundo lo atacó de repente al intentar mover los músculos del cuerpo como si el mismo plomo estuviera inyectado en sus venas. Pudo ver con claridad el sol opaco entrar por sus fanales cristalizadas. El frío se adentraba por su carne y golpeaba sus huesos con maldad como si fuera el mismo cristal.
Abrió los ojos desorientado ante el lugar donde se encontraba. La humedad, la oscuridad que lo abrazaba por la espalda desnuda, el agua que caía sobre su rostro. Kihyun miró a su alrededor confuso y aterrado, se encontraba acostado sobre el suelo mojado donde encontró a Jooheon anteriormente. Su corazón se estremeció al ver su pecho desnudo, no traía su ropa arriba y su piel se veía tan pálida, tan muerta que vislumbró las venas verdosas y violáceas. Las heridas resaltaban con tanta fuerza que notó todos los cortes que tenía. Se abrazó, temblando de frío puro y haciendo fuerza para poder levantarse.
El cabello de Kihyun se cubrió de finos copos de nieve cuando salió a la intemperie, el chico se abrazó con fuerza el cuerpo y buscó con la mirada su bastón sobre la nieve. Recordaba haberlo dejado en el suelo antes de entrar con Jooheon, recordaba, pero no podía verlo. ¿Cuánto pudo haber nevado? Estaba todo el suelo cubierto, los árboles lucían terroríficos, apagados y opacados. El sol gris se alzaba en el cielo cubierto de nubes, Kihyun tiritaba tan deprisa que su cuerpo se estremecía del frío.
Caminó como pudo, cojeando y agarrándose de cada árbol que veía. No podía pensar en el camino, sentía las heridas húmedas, la piel ardiente, su cabeza daba vueltas.
Se quedó quieto en su lugar, mirando a su alrededor. Verdaderamente odiaba el estúpido clima de su país, odiaba el invierno, odiaba la nieve y su estúpida existencia en el mundo. Lo peor de todo, odiaba las avalanchas que una vez opacaron sus vacaciones. Miró las montañas a lo lejos, se suponía que iba a escalarlas con sus amigos hace casi un año.
Se preguntó si lo que mencionó Jooheon sobre un oso matando a sus amigos sería cierto. Ni siquiera sabía que existían osos ahí.
Tomó aire y sus fosas nasales se enfriaron hasta el tope, trató de llegar con rapidez al ver a lo lejos la cabaña de Jooheon. Pudo notar la iluminación y el humo salir por la chimenea. Tragó saliva.
Jooheon nunca estaba en casa en las horas de luz.
Se miró la pierna mutilada, la piel herida y los golpes, moratones y raspones en el cuerpo. Si estaba así como resultado de un acto-no animal. ¿Cómo estaría cuando fuese tratado como uno verdadero?
Si todo lo que vivió no era nada a comparación de cómo fue tratado Jooheon no sabía qué le esperaba tras esa puerta. Sin embargo, avanzó.
Empujó la puerta cuando llegó, sus ojos recorrieron la entrada por completo. El suelo tenía un leve camino de sangre que llevaba para la cocina, el aire mantenía un aroma a hierro y a putrefacción. Se tapó la nariz cuando se apoyó en el umbral de la puerta de la cocina. El cuerpo destripado de dos conejos estaban recostado en la tabla de picar, pudo ver las moscas volar a su alrededor, las larvas y los gusanos dentro de las tripas revolvieron todo lo poco que tenía en su estómago. El frío voló de su cuerpo por completo. Salió de la cocina y siguió la melodía baja que empezaba a notar, Kihyun caminó con lentitud y llegó frente a la habitación donde despertó la otra vez.
Escuchó la débil melodía de música clásica, tan bajo y suave que su cuerpo se estremeció al oírla. Lentamente camino hasta la entrada y se detuvo frente al toca discos.
Sobre él estaba aquél expediente escrito por completo con la palabra animal. Su corazón se detuvo por un segundo, y con valentía lo tomó en sus manos, quería ver la fotografía de Jooheon de vuelta. Quería verlo como una persona con humanidad.
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VIOLENCIA ANIMAL (Kiheon adaptación)
Mystery / ThrillerJooheon jamás había tenido un concepto de amor. Para él, los besos de sangre eran mucho mejores que los tiernos besos delicados, para él, las marcas, las mordidas a carne viva en los cuellos eran mucho mejores que los chupones, para él la violencia...