VEINTIDOS

17 4 0
                                    

—No hables con él ¿Sí?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No hables con él ¿Sí?

Kihyun mantuvo su cabeza baja, su mirada se perdía en el suelo, sintiendo la respiración de Jooheon tan pesada y lenta, tan fuerte. La mano fría que asomó hacia su mejilla lo hizo temblar y encogerse más en sí mismo. Sus dedos temblaron cuando unos labios se pegaron en su piel.

—No hables con él —repitió—. Sé que parece pequeño, un niño, pero tiene ya diecisiete años. Es muy inteligente, te dañará.

Kihyun sintió cómo su garganta temblaba del miedo, sus ojos húmedos querían dejar salir decenas de lágrimas. Levantó la mirada y se conectó con los ojos negros de Jooheon. Su respiración se aceleró y el hombre frente suyo lo tomó del rostro.

—Él... Él... —Kihyun se calló, el nudo en su garganta no le dejó hablar por unos segundos. Pequeñas lágrimas cayeron por sus mejillas rojas—. Es tu animal. Tú... Tú...

—No significa que te dejaré Kihyun. Él es mi animal, pero no como fuiste tú. No... No es lo mismo —susurró—. Eres mi compañero. Y hay una gran diferencia entre tú y él. Eres mi cachorro, Ki, así de bonito, y estúpida perra. Él sólo es un animal. Tú bien sabes cómo es tratado un animal, cachorro.

Kihyun asintió, sollozando y tratando de calmar los jadeos.

—Ya... Pareces un tarado —sonrió Jooheon tratando de animar al chico. Acarició el cabello de Kihyun, la gasa ya estaba manchada de sangre, los labios del chico agrietados y marcados. Tenía hematomas en la piel, marcas que Jooheon observó con suma atención.

Por un momento, sintió la necesidad de gritarle cuál había sido la identidad que dejó atrás. Aquél chico arrogante, estúpido y malvado. Y ahora sólo tenía a un niño, a un cachorrito mojadito y  asustado de perder a la única persona con la que convivió cerca de un año. Muchas veces no entendía a Kihyun. No había entendido su necesidad de ser tratado de una forma que Jooheon rechazaba para un chico como él.

Lo veía llorar, entre sangre y moretones que eran invisibles para él. Lo escuchaba gemir y sollozar por las noches, oía sus reclamos en silencio. Tal vez, Kihyun se había aferrado a él tras no reconocer quién era. Trató de recordar cada detalle que lo perdió todo. Y era una lástima.

Y sin embargo, seguía llorando por su atención.

Era el primer animal que tenía la necesidad de permanecer junto a su victimario.

—Si... Si algún día muero por completo como persona, si... Fuera a hacer justicia por mí o por otro... —susurró Kihyun—. Me encantaría que tú fueras la razón.

Jooheon observó el rostro de Kihyun, todo golpeado, repletos de lágrimas que no sabía si eran de tristeza, impotencia o algo más. Su mirada fue cayendo por su cuello, mordido, cicatrizado con marcas permanentes, en aquellos brazos cortados, lastimados y cubierto de moretones y hematomas. Los ojos negros de Jooheon se detuvieron en aquella mutilación que él mismo provocó. Recordaba la maldad que se le cruzó en la mente para cubrir todo el bosque con trampa para osos. Sabía que si él mismo le cortaba la pierna el chico lo odiaría, aunque la naturalidad del hecho tenía un poco de culpa.

VIOLENCIA ANIMAL (Kiheon adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora