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Los humanos son frágiles...

Los humanos tienen mentes frágiles que provocan su propia perdición.

Los humanos son su propio depredador. Y ellos también son la razón de que las maldiciones existan.

Las maldiciones son creadas a partir de las emociones negativas de los humanos. Son seres que nacen del odio, la envidia, el rencor, la vergüenza, los celos y hasta el arrepentimiento.

Ellos existen, pero no podemos verlos.

Las maldiciones y los humanos conviven de manera enfermiza dónde uno de ellos no puede existir sin el otro.

Porque donde hay bien también hay mal.

Fue durante una época oscura cuando un espíritu maldito de gran fuerza nació. Su nombre era Sukuna. No se sabe exactamente a partir de que suceso fue creado, pero hay quienes aseguran que fue como una bola de nieve que surgió en un pueblo para extenderse por todo un reino, adhiriendo cuántas emociones y sentimientos se encontró a su paso. Creciendo y fortaleciéndose hasta tomar una forma física.

Se dice que las maldiciones toman diferentes formas, pero son las que parecen más humanas las que son las más peligrosas. Sukuna era una de ellas. Su apariencia era la de un hombre. Tenia un físico duro con gran musculatura que hacía imponer junto con su altura que superaba por varios centímetros a la de una persona promedio. Contaba con cuatro brazos y dos pares de ojos. La mitad de su rostro parecía estar deformado en una máscara. Tenia marcas negras parecidas a tatuajes por su cuerpo, líneas y círculos que se extendían.

Sukuna había hecho de la tierra un infierno. Había traído la muerte a varios pueblos matando sin distinción; siendo las mujeres y niños sus objetivos favoritos. Era un ser rodeado de misterio y muerte. Se desconocía su objetivo real, pero se llegó a pensar que lo único que buscaba era el caos. No fue hasta que un grupo de hechiceros lograron detenerle. Su energía era tan poderosa que solo pudieron encerrar su alma para evitar que reencarnara. No sabían con precisión por cuánto tiempo duraría esto, pero encontraron en los rituales una forma para seguir extendiendo ese tiempo. Su tarea a partir de ahora sería transmitir las instrucciones a sus aprendices y estos sucesivamente a los suyos. Un ritual que cada año funcionaba como refuerzo al primer ritual hecho.

El tiempo pasó, y aún cuando la mayor amenaza había sido vencida y que el nombre del Rey de las maldiciones había desaparecido, el mundo continuó siendo un lugar de guerras y peleas.

Fueron continuas conquistas las culpables de que varias historias y leyendas desaparecieran. Y los guardianes que debían evitar el regreso del Rey fueron exiliados fuera de los nuevos reinos.

Los nuevos gobernantes y reyes le quitaron credibilidad a los hechiceros y a las maldiciones. >>Si nadie a excepción de los hechiceros puede verlos entonces es un simple truco para cobrar y ganar dinero<<

Ahora las maldiciones y las criaturas malvadas que causaban la enfermedad y la muerte volvían a ser el mismo ser humano.

Los nobles se alzaron como la casta superior entre la población. Tenían derecho sobre las demás personas y podían gozar de privilegios. Las familias con mejor posición se median por cuantos esclavos tenían y el tamaño de sus tierras.

Los mercados se volvieron el lugar predilecto para la venta de personas.

Y en esta nueva realidad Sukuna volvería a reencarnar.








El Rey de las maldiciones volvería y con él traería de nuevo el caos.

Un Lobo Enjaulado (SukuIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora