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—¡Hermione, tu hermano llegó! —gritó la madre de mi amiga desde la planta baja, ella pegó un brinco de la cama al suelo y me miró con una enorme sonrisa que pocos teníamos la dicha de observar.

—Vamos, vamos —me apresuró arrastrándome hacia las escaleras, me sentía algo fuera de lugar, Theodore, el hermano de Hermione, era cuatro años mayor que nosotros, por lo cual aunque lo vi varias veces antes de que se fuera a la universidad, no habíamos hablado mucho. Regresaba este fin de semana para el cumpleaños de su madre, un viaje rápido de solo tres días.

Quizás no me correspondía estar aquí para el encuentro familiar pero después del chasco en la escuela, de la vergüenza y la rabia, solo quería estar en un lugar seguro donde pudiera esconderme, la casa de mi amiga me había parecido perfecta.

Hermione y Ron me habían llevado a mi casa, estaba solo al medio día así que sólo tomé un cambio de ropa y le dejé una nota a mamá.

Bajé las escaleras detrás de mi amiga la cual abrazó a un hombre alto, con el cabello castaño rojizo y los ojos cafés idénticos a los de Hermione, le sonrió y despeinó su cabello alborotado antes de notarme.

Theodore Granger había cambiado desde a ultima vez que lo vi, parecía más alto, más adulto y mucho más guapo también, aunque él siempre había hecho honor al termino “el hermano bueno de mi mejor amiga”.

—Harry —saludó sorprendiéndome un poco porque recordara siquiera mi nombre.

—Hola —murmuré medio sonriendo, antes de fruncir el ceño a las cejas levantadas de cierta pelicastaña.

Me uní a la cena de festejo y miré a la señora Granger partir el pastel, al final Hermione dejó a sus padres en la sala y nos sacó hasta el porche para platicar, o más bien a oír hablar a Theodore sobre la experiencia universitaria.

—Suelta todos los detalles jugosos —le pidió su hermana mientras él sonreía rodeando los ojos.

—¿Crees que estoy loco?, sería darte ideas —argumentó haciéndome reír, él me miró cómplice.

—Más bien no quieres admitir que eres un tipo aburrido que no sale a fiestas —le gruñó su hermana mientras él reía.

—¿Parezco aburrido? —me preguntó juguetón y yo solo me encogí de hombros divertido.

—He aprendido que no se puede juzgar a la gente solo por lo que puedes ver —le dije y él asintió mirándome un poco más atentamente.

—Siempre supe que Harry te ganaría en ser inteligente —le bromeó a su hermana mientras mi amiga asentía totalmente de acuerdo. Hablamos un poco más entre bromas y recuerdos mientras por un momento me olvidaba de todo lo que había pasado en las últimas semanas, por un momento mi pecho se volvía más ligero, era como estar en paz y poder bajar a guardia.

—¿Tienes novio? —le preguntó Hermione mientras él arqueaba una ceja.

—Hasta crees que responderé a eso— murmuró Theodore.

—No te estoy diciendo que me digas si te acuestas con alguien, solo si sales con alguien —explicó su hermana haciendo que ambos nos sonrojáramos a pesar de que ella siguiera tan fresca como una lechuga.

—¿Cómo la soportas? —me preguntó.

—Es parte de su encanto —le respondí mientras él levantaba su puño y yo lo chocaba divertido. A pesar de no querer irme, el cielo hacía mucho que había oscurecido.

—Ya es muy tarde— le dije a Hermione mientras ella asentía algo descontenta porque era hora de que fuera a casa, la realidad es que hacía mucho que no me reía tanto.

Otra Oportunidad © DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora