last will. 𝘀𝗼𝗼𝗴𝘆𝘂

capítulo trece

— si consigues una novia... voy a morir.

— ¿...qué?

el aire frío de la tarde le golpeó el rostro a ambos. beomgyu sólo miraba el suelo con nostalgia y el mayor le miraba a él, perplejo por lo que le acababa de decir.

— en serio, yo... voy a morir. — sus manos estaban temblando. soobin no entendía a qué se debía aquello.

— no planeo conseguir una, pero... ¿qué sucede? — calló y agregó, intentando buscar su mirada, en vano. — ¿pasó algo malo?

— no hay días que no lo sean...

abrí los ojos de golpe, sintiendo un miedo extraño haciéndome temblar de pies a cabeza. me había quedado dormido en el autobús y soñé con él... pero sigo sin entender por qué... no había recordado nada de él. ¿por qué ahora?

el día en que lo encontré cortándose con una navaja escolar apareció en mi cabeza como una película que deseaba olvidar. ese día la sangre corría por sus muñecas como un río que no paraba y a él no le parecía importar. fue como si no sintiera nada.

pero yo sí sentí. y todo lo que quería era eliminar ese mal recuerdo de mi cabeza, porque era demasiado doloroso como para conservarlo.

luego estaba esa vez en que fuimos a beber juntos y nos emborrachamos... fue un buen día. el abuso del alcohol en nuestra sangre nos hizo olvidar todo lo malo por lo que estábamos pasando.

— ¡binnie! no deberías gastar tu primer sueldo en un lugar como este. — lo regañó riéndose, quizás por el alcohol o quizás por ver a su mejor amigo tan fuera de sí.

— tú también has tomado mucho. — beomgyu se apoyó sobre su hombro y tomó de su vaso, vaciándolo. soobin miró de reojo su muñeca y, sin pensarlo en lo absoluto, pasó sus dedos sobre las cicatrices que habían en esta. no eran recientes, se había hecho esas cortadas hace quizás un par de años. — ¿te duele?

negó.

— no, ya no duele... ya nada duele...— el tacto del mayor era apenas perceptible para él, sus dedos deslizándose sobre cada una de las cicatrices y deteniéndose en la palma de su mano. su piel se sentía fría y seca, ya no era como antes, cuando tomaba su mano y era cálida. y se sentía bien, extrañaba esa sensación.

ya nada duele...

— me tenías a mí...— sollocé, abrazando con fuerza la caja contra mi pecho, las lágrimas cayendo descontroladamente por mis mejillas. — ¿acaso no fui suficiente? ¿no fue suficiente todo el amor que te di?

no lo fue. porque, después de todo, si hubiera sido suficiente y si yo hubiera sido un buen amigo, no estaría aquí. beomgyu estaría vivo. él estaría conmigo ahora y yo no lloraría más.