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Habían pasado seis semanas desde que Jane había llegado a la guardería. Y una que otra cosita había ocurrido también en ese lapso de tiempo.
Lo llamaría roces, pero no sabe si son exactamente eso. Cuando Christopher llegaba por su pequeña Jane, le sonreía levemente, a veces le decía cosas extrañas, algunas veces indignantes, no era exactamente un halago que le dijera "Buen trasero, nerd", ahora le daba vergüenza caminar frente al rubio.
Sentía esos ojos miel sobre su persona, como si lo quisiera comer, lo hacía, en su mente, no lo podía saber.
Al principio ese tipo de coqueteos le molestaba, pero después descubrió algo que hizo su corazón romperse.
La pequeña Jane no tenía mamá, ni beta, ni alfa, nada. Ahora entendía la razón por la cual la pequeña estaba tan acostumbrada a los biberones y no tenía el aroma de un omega nunca en su persona.
Normalmente las madres llenaban a los pequeños de sus aromas para que se sintieran seguros, pero Jane siempre olía a su papá.
Ese delicioso aroma a cedro recién talado y bosque. Muy embriagador, y puede o no que se haya quedado con un pequeño paño de la niña por tener el aroma de su padre.
Y puede o no ser que lo tenga bajo su almohada para olfatearlo todas las noches, Seungmin le había comprado uno igual a la pequeña así que nunca descubriría nada, incluso cambiaba los paños cuando se le acababa el aroma del rubio, así tendría un paño con mucho aroma.
Cada vez que el rubio aparecía, el azabache no podía evitar que un sonrojo cubriera su rostro y miraba el suelo lleno de vergüenza.
Sin embargo, algo que le gustaba bastante era lo apegada que era Jane con él, no le gustaba estar con ningún otro omega, si alguien que no era él la cargaba, la pequeña lloraba a mares y no se callaba hasta que estuviera de vuelta en sus brazos.
Aunque, había algo que no lo dejaba tranquilo, Jane siempre se pegaba a su pecho, pero no en la forma de acurrucarse, si no, buscando algo allí. Trataba de agarrar con sus manitas sus pechos por encima de su delantal.
Siempre terminaba haciendo algo para que se distrajera de eso, no era que le incomode demasiado, pero ella buscaba algo que no había allí.
Ese día estaban aprendiendo los fonemas y como se escribían, los cachorros más grandes entendían mejor eso, pero la pequeña Jane apenas si podía balbucear unas palabras incompletas e inentendibles.
—Di papá, pa-pá —estaba sentado junto con los otros pequeños, quienes escribían en hojas los fonemas enseñados.
Jane estaba sentada al frente del azabache y lo miraba de lado, como si no lograra entender del todo lo que decía.
—¡Pa-dá! —exclamó ella aplaudiendo y riendo alegremente, Seungmin solo suspiró.
—Profe Minnie, mamá se escribe con los dos palitos con loma, ¿verdad? —el mayor rió asintió ante la imaginación del pequeño Yeo-Sang en describir de esa forma la 'm'.
