C3-Un favor.

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El resto de clases me la pasé pensando en lo último que Ian me había dicho. ¿En verdad quería salir en una cita conmigo? Digo, fea no soy, tengo las mejores notas y mi cuerpo la verdad que es muy lindo. No veo la razón por la cual no quisiera salir conmigo.

El problema es; yo jamás he ido a una cita. ¿Qué se supone que hacen? ¿Platican? ¿Sobre qué? ¿Quién paga? ¿Cómo debo comportarme? ¿Y si digo algo imprudente? ¿Cómo debo vestir? ¿Que es lo que debo dejar que haga y que no? ¿Él debería recogerme y traerme? ¿Yo voy por mi cuenta?.

Un montón de preguntas cruzaron por mi mente durante clases. Un "toc toc" me hizo salir de mi trance. Recordé que estaba en clases. Tarde.

— Señora directora, qué gusto tenerla aquí. — habla mi profesor. La directora sonríe sin objetivo en específico.

— ¿Qué tal la clase, profesor? — la señora alias la bruja acomoda su traje café al hacer la pregunta. La parte del chaleco para ser exacta.

— Muy bien. ¿Se le ofrece algo? — habla el profesor de Geometría al percatarse que la directora busca algo o alguien con la mirada.

Su mirada recorre todo el aula hasta detenerse en mi.

Si, en mi.

Ella me sonríe. — Estaba buscando a la señorita Hoffman. Me la llevaré unos minutos, continúe con la clase. — anuncia.

Me levanto de mi asiento y me dirijo hacia ella, al llegar me saluda y me pide que la siga.

Recorremos los pasillos del instituto, a su paso, muchos estudiantes la saludan. Ella debe tener entre cincuenta a cincuenta y cinco años, más o menos. Es un poco alta y tiene canas, pelo corto y viste en este momento un traje en color café. Cuando al fin llegamos a su oficina y me pide que me siente— Sientese, porfavor.— obedezco y tomo asiento frente a ella. Ella se para frente a su escritorio para finalmente sentarme unos segundos después, mira atenta la puerta cerrada sin hablar, ni prestarme atención.

Después de un largo e incomodo rato, decido hablar para romper el silencio.

—¿Pasa algo?— mi voz es tranquila. Ella niega y su mirada se posa en mi, finalmente me ofrece una sonrisa.

-Usted es una de las mejores estudiantes, con el mejor puntaje en toda la escuela.—asiento, claro que tiene razón, todos los días me esfuerzo mucho más para tenerlo, pero eso ¿Qué tiene que ver con que parezca zombie mirando hacia la puerta como si esperara una victima? — Por eso, te he apuntado en el concurso nacional de Física.

Sonrío

—Muchas gracias, es una gran oportunidad.—me emociona mucho concursar. La ultima vez que lo hice fue hace cinco años.

Larga historia.

—Confío plenamente en que tu compañero y tú, traerán la medalla de oro. —Ella me sonríe emocionada, vaya nunca la había visto feliz.

—¿Compañero?—pregunté.

Ella asintió. — Te enviaré la información por email a tu padre, regresa a tu clase.— me ordena. Me levante y obedecí sus ordenes.

¿Quién será mi compañero?

Al regresar a clases, me topé con Meghan. —¿Qué quería la bruja? — me pregunto. Pensé en decirle lo del compañero misterioso pero no tenia importancia, seguramente será alguien cualquiera con quien no me llevo y no conozco.

—Me avisó que concursaré para las nacionales de física. — ella rodó los ojos.

-Ah, era eso.— dice sin emoción. — Que aburrido. Pensé que era algo interesante.

—Sólo eso. — contesté, simple. Me concentré en la clase en la que estaba anteriormente, no sé para que me llevó tan lejos si podía haberlo dicho ahí mismo, sin tantas vueltas. Se complica la vida.

La última clase se pasó de volada, era clase de arte. Después de esto tocaba las prácticas de las porristas. Era una hora y media.

El timbre sonó y junto a Meghan, nos dirigimos a los vestidores, nos cambiamos al uniforme de práctica. Este constaba de unos shorts cortos negros, unas medias altas blancas y una camiseta morada con líneas delgadas azules con bordes dorados a los costados. La mía era talla chica, por ende, me quedaba corta normal.

Una vez cambiada, me hice una coleta en el pelo para no morir de calor.

Cuando al fin llegamos, nos pusieron a hacer unos estiramientos, sentadillas, etc.

—Pueden tomar agua e ir al baño, cinco minutos. —anunció Karol, nuestra entrenadora.

Me tomé esos cinco minutos para ir al baño, decidí ir al que me quedaba más cerca. Hice pipí, me voltee un poco para tomar papel pero no había.

—¿En serio no te podías fijar antes, Lían? — me regañe a mi misma.

Esperé segundos eternos hasta que escuché que alguien entró al baño.

Los pasos se acercaban más y más. — Hola ¿Podrías pasarme papel? Por favor— pedí. No escuche nada de nada. Ni un Sí o un No ni pasos, nada.— Es que, tenía urgencia y no me fijé si había o no, yo solo me metí y ya. Haz escuchado lo de favor por favor? Bueno pues, yo te puedo hacer un favor, el que quieras, solo dame papel. Eso si, no te puedo presentar a mi papá, una vez en un aeropuerto, íbamos mi hermano y yo, se me ocurrió ir al baño fuera de la sala Premium entonces me quedé sin papel, le pedí lo mismo que te pido a ti y cuando salí del baño me reconoció la chica y dijo : "Podrías presentarme a tu papá y hablarle bien de mi, sería favor con favor" y le dije que mi papá ya tenía novia, la atrevida me dijo "Yo puedo ser mejor madrastra que ella", ¿Puedes creerlo?

Suspire

Pasaron dos minutos hasta que una mano me extendió un papel higiénico por arriba de la puerta. — Oh muchas gracias, que amable. — me limpié y me subí el short, salí del baño y me encontré a la persona más cruel, horrible y que más odio en este mundo los últimos días.

Xander

El muy desgraciado me veía con cara de burla, divertido en su totalidad.

— Creo que me debes algo. —Lo escuché decir.  rodeé los ojos.
No puede ser que este ser inhumano me haya hecho un favor.

—Aplicaba solo para chicas. —aclaré. Adam chasqueó con sus dientes y movió su dedo índice de un lado a otro, como si dijera "no, no lo creo"

—No especificaste— contraatacó. Es cierto, no dije nada.

—No importa, no te incluía— dije mientras llegaba al lavamanos para luego abrir la llave y obviamente lavar mis manos.

—Al menos deberías ser educada y decirme; "gracias Adam, eres genial" — dice irónicamente.

Lo último que haría en este mundo sería agradecerle.

—¿Insinúas que soy una maleducada? — pregunté sin esperar respuesta pero aún así él asintió. — Bueno pues tú eres todo menos un caballero.

—Claro,doña correcta.—Adam alza las manos burlándose en mi cara. Rodee los ojos en respuesta, mi celular empezó a vibrar y recordé que era una alarma. Una alarma que suena cada vez 5 minutos después de mi entrenamiento.

Ingasu

¿Pues cuánto tiempo estuve discutiendo con este zángano?

Simplemente me retiré corriendo por qué cuando Karol se enoja, se enoja de verdad.

—¿¡YA SE TE ACABARON LOS INSULTOS?! — escuché a lo lejos.

—¡TENGO MUCHOS MÁS!— grité mientras corría hacia el gimnasio.

AMOR Y PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora