Body and bones

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Advertencias: Violencia típica del anime/manga.

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Durante la estadía de Naoko Kimura en el hospital, Akiko no se separó casi nada. Era la culpa la que la obligaba a quedarse durante horas cuando no estaba estudiando. El joven realmente iba a dar su vida para darle la oportunidad de huir, cosa que la muchacha lo consideró un momento, y eso era peor. Cuando fueron salvados por Gojo, la de ojos azules sintió que su mundo se reducía solo a ese hombre al que por obligación debía llamar prometido, pero eso tampoco se sintió bien por el miedo.

Gojo la observaba de lejos, prefería no acercarse, pues quizás ella le guardaba rencores ya que esa misión que la puso en peligro era la misma que él y su negligencia ignoraron. Claro que estaba alegre de que nadie muriera, pero cuando vió a la menor llorar no se sintió mejor. Era innegable que le tenía cierto afecto y verla lastimada y asustada lo mantuvo un tanto melancólico.

Akiko tuvo su primer mala experiencia dentro de la hechicería. Y se quedó sin compañero por dos meses, lo cual no habría sido problema, siempre y cuando no tuviera misiones, pero eso cambiaría pronto.

—¿Ir con el chico de segundo? —la joven ladeó la cabeza levemente—. Usted dijo que no era una misión complicada.

—Pero necesitas apoyo, ya te expuse al peligro una vez, no dejaré que eso pasé de nuevo —su profesor señaló la orden del gobierno para poder entrar al parque en ruinas que debían exorcizar—. Por cierto, Nanami-san no es muy sociable, así que no te sorprendas si parece que no le agradas.

La rubia salió en silencio de su aula, y comenzó su camino hasta la cancha de entrenamiento donde se suponía estaba su compañero.

—Buenas tardes —el mayor la saludó cuando se acercó de más al campo de entrenamiento—. ¿Qué se te ofrece?

—Verás, nos asignaron ir a exorcizar un parque al centro de Tokio, el director me dió la orden y me pidieron que te avisará, Nanami-san —la rubia sentía tanta incomodidad por la mirada tan severa del otro—. S-saldremos en una hora.

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—Esto es muy pintoresco ¿Verdad?—comentó la joven con leve diversión.

—Es un parque, es normal que fuera así —respondió su compañero más alto.

Cierto, ella no estaba con Naoko cómo para poder hacer esos comentarios. Sonrió nerviosa y avanzó hasta las pequeñas maldiciones que rodeaban los columpios, no hacía falta que usará su técnica, puso algunos amuletos en sus frentes y estos desaparecieron. Así fue durante muchos minutos, hasta que de la tierra salió un mono con tragos humanoides, de pelaje azul y pose extraña, pues parecía rezar.

—Muere —dijo llamando la atención de ambos adolescentes. Un rayo de luz surgió del piso rozando la espalda de la más delgada—. Bonita.

Kento no dudó en usar su técnica, pero fué inútil pues la maldición era de primera clase, o incluso una de clasificación especial y esquivó el ataque en un segundo. Fue en ese momento que fue atacado de manera más feroz, alejándolo de su acompañante. Akiko se preparaba para usar su propia habilidad concentrando la mayor cantidad de energía maldita en su ritual.

𝑰 𝑭𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒀𝒐𝒖 [Sᴀᴛᴏʀᴜ x ᴏᴄ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora