Sentada frente a la ventana contemplaba las gotas de lluvia deslizarse por el cristal, sonaba música folk a todo volumen en los altavoces de mi habitación, no había parado de llover en toda la semana y lo máximo que había hecho desde que llegamos había sido ir al supermercado de la esquina de la calle a comprar zumo de manzana para mi abuela, el resto del tiempo me dedicaba a sentarme en el banco acolchado y lleno de cojines de la ventana a contemplar el cielo gris y la lluvia caer mientras sonaban canciones deprimentes en mi ipod.
Lo cierto es que Londres siempre me había gustado, había pasado parte de mi infancia allí ya que la mitad de mi familia era inglesa y cuando nos mudamos a Madrid siempre estaba deseando que llegara el verano para volver. Autobuses rojos por todas partes, fish and chips en todos los restaurantes a los que ibas, puestos de perritos calientes en cada esquina, el Támesis con todos esos barcos llenos de turistas pasando por él, el metro, antiguo y estropeado pero aun así con cierto encanto... Tantas cosas eran las que me gustaban de aquella ciudad, simplemente era salir del aeropuerto y ver a la gente conduciendo por el lado derecho en sus pequeños coches ingleses y no podía evitar sonreír, pero esta vez era diferente, todos esos sentimientos se habían esfumado ¿y que era lo que me quedaba? Un largo verano por delante , y como no el tema en el que no podía dejar de pensar, Daniela y Lucas. No podía borrar de mi mente la imagen de ellos dos besándose, cada vez que lo imaginaba un escalofrío recorría mi cuerpo de arriba a abajo. Desde el día que Daniela vino a mi casa a hablar conmigo mis días se han reducido a dormir, comer (poco), llorar y volver a dormir. Lo sé es deprimente, pero no se me ocurría otra manera de sobrellevar la situación. Daniela me había llamado un par de veces al móvil pero no la había cogido, tenía algunos mensajes de Lucas en el contestador pero tampoco había querido escucharlos. En ese momento todo era un gran mierda y no quería hablar con nadie. Alguien llamó a la puerta
- ¿Puedo pasar? (la cabeza de mi hermano asomó por la puerta)
- No me apetece hablar Javier ( dije girando la cabeza de nuevo hacia la ventana)
- No puedes pasarte el día aquí encerrada
- Claro que puedo
- Mira ya se que estas jodida por lo de el tío ese
- Lucas
- Lo que sea, lo que digo es que se que no lo debes de estar pasando bien pero yo también he dejado a Marina en Madrid y no la voy a volver a ver hasta dentro de tres meses, yo también estoy mal, ya sabes como es, me preocupa que se enrolle con otro tío
- Pues si esa es la confianza que tienes en tu novia...
- Mira no he venido a hablar de mi relación con Marina ¿vale?
- Bueno pues si tu no hablas de tu relación yo tampoco pienso hablar de la mía
- Manuela, no me lo estas poniendo nada fácil, mama esta preocupada por ti, no sales, a penas comes, te pasas el día sola... Como si no tuviera suficiente con la abuela
- ¿Me estas echando la culpa de que mama este deprimida?
- No, solo intento razonar contigo, tenemos que cuidar a mama y a la abuela y esto no esta ayudando
- Lo se ( dije mientras bajaba la vista)
- Mañana hay una fiesta en Blunt, la discoteca cerca de Picadilly, voy a ir con un amigo podrías apuntarte
- ¿Una discoteca? No es lo que mas me apetece ahora mismo la verdad
- Bueno a mi tampoco me apetece verte todo el día deambulando por la casa con lágrimas en los ojos y esos pelos de loca
- Oye perdona no tengo pelos de loca( dije mientras sonreía y le daba un puñetazo en el hombro)
- ¿Que?¿Te apuntas?
- Vas con tu amigo, tampoco quiero cortaros el rollo
- ¿Eres tonta? Tu nunca me vas a cortar el rollo, aunque si veo a alguna tía buena...¿te importaría entonces darte la vuelta y no mirar como nos enrollamos?
(Volví a darle un puñetazo en el hombro pero esta vez mas fuerte)
- Valee voy (dije poniendo los ojos en blanco)
- Esa es mi chica (dijo dándome un beso en la frente)
- Pero no tengo nada que ponerme
- Ve a comprar algo, porque si vas con esas pintas no te dejan entrar ni de coña
- ¿Has venido a animarme o a deprimirme?
- He venido a que te des cuenta de que hay mil tíos en el mundo y ese es un gilipollas, y que es verano y estas en Londres ¿hello? Espabila y empieza a disfrutar
- Valee vaale me ha quedado claro,
No mas lágrimas, no mas depresión y no mas moños deshechos (dije sonriendo mientras me soltaba el pelo)
- Eso es, voy al hospital a ver a mama y a la abuela ¿quieres que te lleve a algún sitio?
- ¿Te importa acercarme a Convent Garden? Hay una tienda de vestidos de fiesta cerca, podría mirar algo para mañana...
- Hecho, en la entrada en diez minutos, y yo no soy como mama, mi coche no espera a nadie (guiñó el ojo y cerró la puerta de golpe)
Cada vez que pensaba en la fiesta menos ganas tenía de ir pero ya le había dicho a mi hermano que sí así que no podía rajarme, me cambié rápidamente de ropa y eché un vistazo al reloj quedaban dos minutos para menos veinte y no iba a dejar que mi hermano se fuera sin mi así que me puse los zapatos lo más rápido que pude, cogí la cazadora del perchero y bajé corriendo hacia la entrada.
- 9,8,7,6
- Tiempo!(grité mientras entraba rápidamente en el coche de mi hermano)
- Muy bien, puntual
- ¿Acaso lo dudabas?
- Lo cierto es que sí
(Le pegué un puñetazo en el hombro, otra vez)
- Rumbo a Covent Garden ( dijo satisfecho mientras arrancaba el coche y se ponía las gafas de sol )
Puse la radio, me recosté en el asiento y cerré los ojos mientras comenzaba a disfrutar de mi primer día fuera de casa
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Piensa en mi
Teen FictionLa adolescencia es esa etapa de la vida en la que te despiertas por la mañana sonriendo y sintiéndote la persona más feliz del mundo y por la tarde estas destrozada por un capullo cualquiera del que estas colgada llorando en un rincón de tu habitac...