SHE GOES BOOM 'JOHNTEN'

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─⁠Bueno, ¿quién es esta cosa sexy?

Esas fueron las primeras palabras que escuché de los labios de Johnny Suh. Había muchas historias sobre él. Era imposible no saber quién era porque prácticamente todos lo conocían. Y todos los que lo conocían probablemente habían sido jodidos por él al menos una vez. Había escuchado tantas historias con diversos grados de detalle que comencé a sentir que él también me había jodido. Por supuesto que no, porque ni siquiera lo había conocido hasta ese momento.

Johnny y sus amigos eran notorios fiesteros. Cada semana siempre escuchaba bullicio alrededor del campus acerca de la próxima gran fiesta que se llevaría a cabo. Incluso mis amigos hablarían de ellos. Realmente nunca me interesó porque siempre se sentía como el lunes siguiente, todo el alumnado sería regañado sobre por qué las fiestas están prohibidas para todos porque sucedió algo estúpido en la casa de Johnny que justificó como un arresto policial (que es exactamente la razón por la que no lo hice). No quiero asistir a estas cosas como ¿quién quería quedar atrapado en ese lío?). Pero eso no asustaría a la gente, porque para el miércoles ya estaba escuchando sobre el próximo.

Para cuando llegara el viernes, la gente estaría a punto de estallar de la emoción. Y no era porque estuvieran emocionados por emborracharse y perder la cabeza, aunque definitivamente eso era parte de eso. Pero no, estaban emocionados porque tal vez esa noche sería la noche en que Johnny los reclamaría como suyos. Llevándolos a su habitación y jodiendo sus sesos. Era el premio final y el objetivo para todos los que incluso pusieron sus ojos en él.

Johnny definitivamente tenía preferencia por las mujeres, pero definitivamente se acercó a los chicos especialmente jóvenes de mi escuela. Supongo que para él lo que sea que tuviera un agujero, estaba dispuesto a meter su pene en él para obtener su gratificación sexual. Y esa era la razón exacta por la que quería estar lo más lejos posible de él. Otras personas estaban dispuestas a ser objetos; maltratado por un tipo que solo quería correrse. Pero ese no era yo. Sabía que mi corazón no sería capaz de manejarlo.

Especialmente me di cuenta de eso cuando lo conocí por primera vez.

Después de horas y horas de rogar a mis amigos que viniera con ellos a su fiesta de verano en la piscina para comenzar la temporada, finalmente cedí. No lo disfrutaría, les dije, pero aguantaría porque los amaba mucho. Definitivamente estuvieron de acuerdo en que me lo debían y que me lo compensarían cuando no tuvieran resaca por todo el alcohol barato en esta fiesta.

Estaba demasiado lleno para mi gusto. La gente se agolpaba en la sala de estar balanceándose al ritmo de la música a todo volumen y hablando de todo, desde la tarea hasta dónde conseguían la hierba. El patio trasero también estaba lleno, con gente sin apenas ropa, nadando, bailando y bebiendo su tequila barato. No podía beber mucho porque tenía que llevar a mis amigos a casa y sabía que estarían demasiado borrachos. Pero eso no me impidió encontrar consuelo en la cocina casi vacía, bebiendo cerveza tibia y casi sin gas para calmar mis nervios. El alcohol era alcohol y definitivamente necesitaba algo para pasar esta noche.

Fue entonces cuando entró y usó la peor frase para ligar de la historia. En realidad, nunca había visto fotos de él, así que no sabía si realmente era él, pero escuché lo suficiente como para hacer una conjetura muy educada.

Johnny era un tipo alto con piel bronceada que lo hacía lucir casi dorado. Su cabello era oscuro con un flequillo que le llegaba casi hasta el ojo. Parecía suave y escuché que era placentero pasar los dedos a través de él. Sus labios estaban llenos, listos para besar y ser besados ​​(y aparentemente se sentían muy bien en tu cuello). Él era la definición de un chico guapo, sacado de un texto de cualquier libro de cuentos.

Estaba bastante seguro de que él también lo sabía. Especialmente con la forma en que me saludó. Una sonrisa estaba en su rostro que quería abofetearlo. El hecho de que otras personas estuvieran dispuestas a que las menospreciaran aunque fuera por una onza de su polla, no significa que yo lo estuviera. Todavía estaba demasiado sobrio para lidiar con este tipo de tonterías.