-Hija- se acerca mi padre me da un beso en la frente - ¿Cómo te fue? – es el mejor, cuando era un bebe dejo su empleo todo fue después de que mi madre se fue, reacomodo su vida, para estar conmigo ahora tiene su pastelería es su sueño y por fin lo logro, nunca se volvió a casar o tener una pareja, siempre quise que le diera otra oportunidad al amor pero no a querido siempre me dice que ya está muy grande para esas cosas, no tenemos la mejor casa, ni los mejores lujos pero estoy feliz con lo que me a dado y en un punto espero regresarle todo lo que e recibido.
-Bien- dejo la mochila en el suelo – pero...- suspiro y me siento en un sillón – Sara, mi amiga del trabajo – más bien la única que tengo, mi padre se sienta el que está a lado mío y trae consigo dos tazas de café – me invito a su cumpleaños que es en Mazatlán y me mostro hoy el boleto y...-¡Estupendo! – me interrumpe mientras le da un sorbo a su café.
-¿Qué?- digo anonadada - ¿estás de acuerdo? – no esperaba esa respuesta
-Si hija, necesitas disfrutar la vida- me toma de la mano – has sido una buena hija y nunca e tenido ningún problema contigo, se que eres cuidadosa y responsable ve al viaje – de acuerdo por lo que veo el universo me está mando una señal y que acepte ir a ese viaje.
Ya es medio día, y hoy no me dijo nada Erick por fin, tal vez porque cree que tiene una oportunidad con Sara – que iluso – hoy hable con ella y acepte su invitación, dio unos aplausos y gritos muy agudos, me dijo que saliendo de trabajar vamos a ir de compras, incluso mi padre, me dijo hoy en la mañana que buscara una maleta en el cuarto de las cosas olvidadas por si encuentra una.
-Estoy súper emocionada Any- dice Sara con entusiasmo, mientras nos estamos quitándonos nuestros uniformes – mañana te quedas en mi casa para que así lleguemos juntas al aeropuerto, otras amigas vendrán también, te van a caer bien -me da un pequeño abrazo.Sara realmente no tendría porque estar trabajando, no tiene alguna necesidad,se que su familia esta acomodada en la sociedad y económicamente, no me habla mucho de ellos y tampoco quieropresionarla a que me comente, lo que me a platicado es que no quiere seguir conlos mismos pasos que su padre y madre, que ella busca algo diferente.
Checamos nuestra salida, Sara saca las llaves de su pequeñoauto, le mande mensaje a mi padre de quevoy a comprar algunas cosas para elviaje, me dijo que estaba bien, que ya había encontrado una maleta, aun nopuedo creer que me diera permiso, entiendo que soy mayor de edad pero es sucasa y le tengo respeto, además yo no soy de salir mucho, me encanta estarencerrada en mi cuarto, con mi pequeño Tomas, un buen libro o una serie y palomitasson mis mejores momentos.
-¿Y cuéntame a donde iremos?, porque acepte ir pero no sé nada – Sara ríe yniega con la cabeza mientras va al volante.
-Nena, tranquila- me mira por un segundo – pero te contare- suspira dramáticamente,la del cumpleaños es ella, no yo debería ser al revés el no saber a dónde vamos– tenemos una casa mis papás allá, hace mucho que no voy y tengo recuerdos muylindos en ese lugar – siento como si todos los sonidos de nuestro alrededor seapagaran, es mejor que cambie de conversación.
-¿Y dime ese mantecoso si te gusta?- ahora reímos juntas
-Podría decir que me atrae- hago una cara de asco, y ella ríe más fuerte.
Llegamos al centro comercial, llevo tiempo sin pasar a uno, Sara tomo su bolso,y se mira unos segundo en el retrovisor, y toda su atención es hacía el maquillaje que se vea en perfecto estado, yo solo me quedo sentadaesperando, e intento imitarla que patético, solo acomodo mi cabello me lo solté,siempre llevo una coleta, Sara siempre me dice que lo presuma que ese colornegro tan intenso todo mundo lo quisiera, está exagerando ella es rubia y conel cabello a los hombros como me lo espero cortar.
-¡NO!- no se cuentas veces llevo ya diciendo esa palabra – eso no es ropa –chillo y veo con horror lo que me a elegido Sara, ella se ataca de la risa peroyo solo estoy asustada.
-Any, relájate- pone sus manos en mis hombros y su barbilla la acomoda en unode ellos – vamos a la playa ósea, ¿qué quieres ponerte suéter y pantalón demezclilla? – yo asiento muchas veces y ella ríe a carcajadas – Okey, yasuficiente me estoy riendo mucho y no hay baños cerca- se separa y empieza abuscarme con la mirada, analizando cada prenda de la tienda – mira ya losolucione y ese día no podrás decirme que no- algo trama – por el momento escoge loque creas que es conveniente para el viaje.
Terminamos con las comparas y vamos a tomar algo, mi pies me duelen, ya me acordeporque deje de venir a los centros comerciales, no compre demasiado solo unbañador completo, un vestido que le haga a juego y un short, la ropa si tengoen casa no son solo retazos de tela como los que venden en casi todas lastiendas, si no es que todas.
-Dos margarita, por favor- le dice al mesero Sara, el toma la orden y se retiracon una sonrisa.
Estuvimos platicando un buen rato, no sé que hora nos dio pero esta poroscurecer, Sara está estudiando lo mismo que estudie y le estaba pasandoalgunos tips para su estudio, y sobre temas de nuestro futuro y yo siento que no e hecho nada o lo que quiero realmente.
Pedimos la cuenta y por unos minutos estuvimos peleando porque quien pagaba lostragos, al final ella gano, nos dirigimos al auto, se ofrecióa llevarme a casa y lo aprecio mucho, a esta hora me da un poco de inseguridadel metro.
-Nos vemos mañana cariño, recuerda ya lleva la maleta lista- asiento muchasveces - bueno, adiós preciosa.
-Nos vemos mañana.
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//EL HIJO DE LA MAFIA//
RomanceSoy Anastasia Hernández Nowak, pero prefiero solo Ana, soy una chica de 24 años, vivo sola con mi padre en México, el mes pasado termine la carrera de psicología pero por el momento no la quiero ejercer y en su lugar estoy trabajando en una cafet...